miércoles, 28 de noviembre de 2012

EL GRAN RETO DE ENRIQUE PEÑA NIETO


Este año se cumplen 100 años de que fue escrito este libro por John Kenneth Turner. Retrata la vida de los mexicanos en el siglo XIX, la forma de vida, la miseria, la opresión. La mayor parte de los mexicanos no sabían leer ni escribir, los trabajadores no tenían derechos; no existían sindicatos; las huelgas estaban prohibidas, incluso se castigaba el intento de pedir aumento de sueldo. Turner hizo dos profecías: México iniciaría una revolución en favor de la democracia y Estados Unidos intervendría para proteger sus intereses. Cuando se escribió este libro había cerca de 30 mil soldados estadunidenses que patrullaban la frontera mexicana y barcos de guerra navegaban en la cercanía de nuestros puertos.
La movilización de tropas fue ordenada por el presidente Taft, al margen del pueblo estadunidense, sosteniendo que no había ninguna violación al derecho internacional. Decía Turner que el objetivo de escribir este libro era alertar a los estadunidenses de que la revolución que se gestaba en México obedecía a causas profundas y evitar que hombres buenos, trabajadores y valientes tuvieran derecho a vivir en libertad; pero, sobre todo, impedir una intervención contra una revolución cuya justicia era indiscutible.
¿Qué es México?, se preguntaba Turner. Llamamos a México nuestra república hermana, la describimos vagamente como una república muy parecida a la nuestra, habitada por gente un poco diferente en temperamento, un poco más pobre, que disfrutaba de leyes republicanas; en síntesis, un pueblo libre en el sentido en que nosotros somos libres. Pero la gran sorpresa la encontró el escritor cuando descubrió que el verdadero México era un país con una Constitución y leyes escritas y democráticas como las nuestras, pero ni la Constitución ni las leyes se cumplían. Han pasado cien años y, toda proporción guardada, hay una distancia brutal entre el país legal y el país real. En mi primer viaje, escribe Turner, “fui acompañado por Gutiérrez de Lara, quien me advirtió que en México existía la esclavitud. Tomé mis precauciones para conocer la realidad con mis propios ojos y escucharla con mis propios oídos. Gracias al señor de Gutiérrez de Lara estuve en condiciones de observar y oír cosas que eran inaccesibles para el investigador ordinario. Pude comprobar que sí existía esclavitud en México, la encontré primeramente en Yucatán.
Los reyes del henequén sostienen que cuanto más barato es el peón mayores son las utilidades para todos. De esta manera el peón se convierte en esclavo. También me explicaron que este sistema no lo llamaban de esclavitud, sino lo denominaban servicio forzoso de deudas, porque la esclavitud es contraria a la ley; por eso le damos otro nombre que no sea contrario a la Constitución. Este negocio, me explicaron, dice Turner, llámese como se llame es legal. También me dijeron que era necesario pegarles a los peones, porque no hay otro modo de obligarlos a hacer lo que uno quiere, si no los golpeamos no harían nada. A las mujeres se les obligaba a arrodillarse para azotarlas. Se golpea tanto a los hombres como a las mujeres. No recuerdo haber visitado un solo henequenal en que no haya visto esta práctica de utilizar un pesado bastón para picar, hostigar y golpear continuamente a la gente.
Resulta muy ilustrativa en el presente la relación tan entrañable que se da entre los presidentes mexicanos y los medios de comunicación estadunidenses; por eso es tan útil volver a la lectura de México bárbaro. Conocer las cabriolas publicistas de William Randolph Hearst, propietario de The Cosmopolitan Magazine. Conocer los negocios de la Standard Oil mexicana, que era dueña de terrenos petrolíferos, tenía en sus manos el mercado de distribución y la venta del petróleo de México.
El pasado 20 de noviembre recordamos el 102 aniversario de la Revolución Mexicana, escenificado por el Ejército Mexicano. Fruto de una revolución vigente, y nos vemos obligados a recordar la advertencia de Jesús Reyes Heroles de que hay un México profundo, que hay un México bronco. La pobreza y la desigualdad están presentes. La riqueza concentrada por el abuso, acaparada sin ningún miramiento con monopolios vigentes que todos conocemos.
 La pobreza que agobia a 52 millones de mexicanos, de los cuales 12 viven en la miseria. La pobreza ha sido un mal endémico del país. ¿Qué hacemos con los pobres? sigue siendo una denuncia y una deuda moral. ese es e4l mayor reto que tiene Enrique Peña Nieto a partir del 1 de diciembre y que  tendrá que enfrentar bajo la frialdad de los números un gran drama humano, que nos obligará por igual a todos los mexicanos.

LA GUADALUPANA Y JUAN DIEGO


Ahora que ha comenzado el comercializado festejo a las Madrecitas Mexicanas en su día, no debemos olvidar a la que es considerada la madre de todos los Mexicanos: la Virgen de Guadalupe o Tonantzin como la llamaban y veneraban los pobladores del altiplano, en el cerro del Tepeyac, hoy convertido en centro de veneración a la Virgen morenita y en una de las principales sedes de multimillonarios ingresos, vía limosnas, venta de imágenes, fritangas y toda clase de baratija a la que le atribuyan poderes “milagrosos” o alguna vinculación con la guadalupana.
En nuestro país, desde pequeños nos inducen psicológicamente la idea de que la virgen se apareció al indio Juan Diego,( hoy ya convertido en Santo sin que exista ninguna evidencia de su existencia), en diciembre de 1531 y, según la leyenda, fabula o mito, por instrucciones precisas de ella, en  el cerro de Tepeyac se construyo y con el paso de los años se ha convertido en el principal centro de adoración de los mexicanos católicos con sus respectivos actos que algunos llaman fe , dogmas, milagros y, otros, fanatismo, charlatanería o sortilegios. Todo es según el cristal con el que se le mire y el grado de sentido común, inteligencia o educación.
Sin embargo, para no seguir con las elucubraciones de este incoherente  y convenenciero incrédulo , veamos que dicen estudiosos del tema, por ejemplo, monseñor Guillermo Schulemburg, quien durante 33 años fungiera como abad ( es decir, el mero, mero) de la Basílica de Guadalupe y quien siempre se mostro y manifestó escéptico declarado ante el milagro de las rosas y, desde luego, firme opositor a la canonización de Juan Diego con el alegato de que no existía certidumbre mínima de que siquiera hubiera existido el hoy santo visionario. Claro que para la muchedumbre, la opinión del tocayo del Príncipe de Gales le viene valiendo lo mismo que si el Necaxa se fue a la división de ascenso  o que el ayate milagroso es del tamaño de una persona que debió medir cerca de tres metros, a fin de cuentas, la opinión de los investigadores del tema, en todo caso, no les interesa, porque por inercia y por mimetismo social se impone la creencia.
Así, el tema Guadalupano se ha ido cargando de tantas connotaciones afectivas, que en México es imposible abordarlo con la fría objetividad de la investigación histórica, porque toca lo fundamental de un ser humano: su fe; el tema guadalupano tiene aspectos de fruto prohibido y de tabú;  Vicente Leñero señala que “ hay por docenas trabajos, ensayos y estudios sobre la virgen de Guadalupe, pero casi todos ellos carecen del rigor intelectual que el tema amerita, y dictados con frecuencia por la pasión partidista o inscritos en el ámbito de esa preocupación apologética  que tiende a dogmatizar toda devoción mariana…”
Otro detalle, la autentica Virgen de Guadalupe no es mexicana, no, la más antigua veneración que se le haya hecho a la Virgen en cuestión se da a finales del siglo doce en Guipúzcoa, país Vasco; años después, en 1381, en la provincia de Jaén, España, se le venera como patrona de la ciudad ya que según la tradición , fue descubierta por el labrador, emulo de Juan Diego, realizándose desde entonces una romería que concluye cada 8 de diciembre, es decir, 4 días antes de la nuestra. Que coincidencia?
Pero volviendo al tema de su veneración, que es la aparición en donde ordena al aborigen  Juan diego la edificación de un templo en el cerro del Tepeyac, me resulta un poco dudoso que ni fray Juan de Zumárraga,  el obispo favorecido con el milagro, ni fray Bartolomé de las Casas, ni vasco de Quiroga, ni Gerónimo de Mendieta, ni fray Toribio de Motolinia, ni Fray Bernandino de Sahagún, ni  fray Pedro de Gante, ni fray Juan de Torquemada, ni el escribiente de la conquista, Bernal Díaz del Castillo, caray, ni Hernán Cortes, mencionarán sus apariciones y el milagro? Y no hay que olvidar que todos ellos, en sus decenas de cartas a España, hacen referencias a muy diversos aspectos de la religiosidad de los pobladores de las tierras descubiertas. Qué extraño.
El milagro de las rosas responde más a la necesidad de los españoles de colonizar, lo menos sangriento posible, estas tierras en su codicioso afán de riquezas, oro y tierras fértiles, sin olvidar, la mano de obra gratuita. Sirve también para aliviar la mala consciencia de los invasores y de sus descendientes, existen cientos de elementos científicos que demuestran que ni el tal milagro existió;, ni el ayate tiene divinidad y, el origen de todo, el tal Juan Diego no existió. Amén.




sábado, 24 de noviembre de 2012

LEGALIZACIÓN DE LAS DROGAS EN MÉXICO


Cuando vemos que dos estados de la Unión Americana ya aprobaron el uso de la Marihuana para usos recreativos y 14 mas la tienen autorizada con fines medicinales; voces como la de los ex Presidentes Ernesto Zedillo y Vicente Fox, de nuestro Pais; Fernando Cardoso de Brasil o Cesar Gaviria de Colombia  también aprueban su legalización.
Legisladores en México señalan que es un tema que no se debe posponer y Manlio Fabio Beltrones indica que debe haber un replanteamiento del asunto, independientemente de las miles de voces y conciencia que creen que al igual que ocurrió con la prohibición de alcohol en los Estados Unidos en el siglo pasado, lejos de ayudar a la estabilidad, genera anarquía  caos y una estela de muertes que hay quienes aseguran, superan a los 100 mil, es momento, amable lector, de hacer un replanteamiento y ofrecer puntos de vista para superar el problema, aquí va uno.
 El principal problema de nuestro país no son las drogas, sino la pobreza. Ahora bien, el asunto de las drogas se puede resolver aplicando de manera simultánea una serie de medidas que aplicadas de manera concatenada acabarían con este problema:
1 LEGALIZAR “TODAS”LAS DROGAS, para que sea en el ámbito de la libre elección que cada quien haga con su cuerpo lo que le venga en gana. En lugar de un problema militar-policíaco, estaría en el ámbito de la salud y la educación.
2 NACIONALIZAR LA PRODUCCIÓN, DISTRIBUCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DE LAS DROGAS. Así el estado podría producir y comercializar drogas de alta calidad a bajo costo, disputándoles el mercado a los narcotraficantes. Quitándole los recursos con los que corrompe al estado, copta al gobierno y penetra en diferentes esferas de la sociedad.
3 UTILIZAR INTELIGENTEMENTE LOS RECURSOS DE LA VENTA DE DROGAS LEGALES. El estado podría utilizar estos recursos para 3 campañas:
a) campaña de medicina preventiva, para que la población conozca que efectos produce consumir algo. Así la libertad de decisión será una libertad informada. (El 60% de los recursos recabados).
b) campaña de medicina curativa, se instalarían clínicas de atención a las adiciones para que quien decida dejar su adicción lo pueda hacer con la ayuda de diferentes profesionistas (médicos, psicólogos, trabajadores sociales, sociólogos, etc.) (El 30% de los recursos recabados).
c) campaña para atender a las víctimas del Calderonismo, es indispensable ayudar no solo a las viudas, sino y sobre todo a los huérfanos de esta estúpida guerra contra el narco, si nos asustan los “narcos” deberíamos de preocuparnos por estos niños que en pocos años no tendrán nada que perder y un odio infinito contra esta sociedad. (El 10% de los recursos recabados).
4 REDIRIGIR LOS RECURSOS DEL ESTADO. Todos los recursos humanos, materiales y financieros que el estado mexicano malgasta en este momento en la guerra contra el narco podrán utilizarse en desarrollo científico, tecnológico, artístico y deportivo del país, así como la creación de becas a todo aquel que esté estudiando. El 95% del personal del ejército, la marina y las diferentes policías se utilizaran para que junto con el resto de la población se pueda construir en todo el país la infraestructura educativa y de salud, de transporte, que se necesita, así como un proyecto que tecnifique el campo, hacer presas e hidroeléctricas. En este país todo está por hacerse, todo está por suceder.
5 AMNISTÍA, una ley de amnistía a los narcotraficantes con tres condiciones y una excepción:
Los ciudadanos y ciudadanas que quieran ser beneficiarios de esta amnistía:
a) Tendrán que declarar todos sus bienes, se los podrán quedar todos, pero los tienen que declarar.
b) Tendrán que decir a quien le compran y a quien le venden las drogas, y sobre todo quien los encubre y protege desde las estructuras del estado.
c) Tendrán que entregar todas sus armas.
La excepción es para todos los que hubieran cometido delitos con daño a terceros: homicidio, violación, secuestro, tortura y cualquier otro que hubiera dañado física o emocionalmente de manera irreversible a otra persona. Para ellos y para los que reincidan en la venta de estupefacientes y que ya hubieran sido beneficiarios de la amnistía el castigo será la prisión perpetua a trabajo esclavo en alguna isla de las muchas que tiene el país, esta misma pena sería aplicable a todos los funcionarios que estuvieran o hubieran estado involucrados en la producción, distribución o venta de narcóticos, así como cualquier funcionario público que se le comprueben actos de corrupción sin importar el monto.

viernes, 23 de noviembre de 2012

EL VILLAMELÓN


El villamelón en la fiesta de los toros
En los toros, en el futbol, en el box, en el teatro y en todo tipo de espectáculos, nunca faltan los “expertos” que se nutren de la esperanza de que los demás los tengan por eruditos: porque con soltura expresan sus “sabias opiniones”, pero pronto dan a ver lo hueco de sus razonamientos, estos personajes, fáciles de detectar, desde mediados del siglo XIX son llamados villamelones.
La historia de esta curiosa palabra comienza en España, donde a finales del siglo XVIII o quizá principios del XIX dieron por llamar melones a quienes consideraban tontos, acepción que aún conserva el diccionario. Luego, el ingenio popular creó el hipotético pueblo de Villamelón, de donde provendrían estos personajes con mote de fruta que, siendo rústicos e ignorantes, intentaban incorporarse a la “culta” sociedad española de aquel tiempo.
Cuando alguien, queriendo hacerse notar, externaba opiniones evidenciando su ignorancia, solía decirse: «Éste viene de Villamelón». Huella de lo dicho se encuentra en la edición del 13 de mayo de 1883 de la revista Madrid Cómico, donde a manera de epigrama e ilustrado con un dibujo en donde se ve desfilar a un grupo de personajes rústicos, se lee lo siguiente: “Semos de “villamelón”, no sabemos “escrebir”, venimos a la “junción” ¡nos vamos a divertir!
En esa misma época, existió en Madrid una revista taurina llamada La Lidia, en la que escribía un personaje que se firmaba como “Don Jerónimo” (que en realidad era Antonio Peña y Goñi, director de esa publicación), y fue él, quien promovió el término villamelón, para criticar a los aficionados que, a su juicio, no sabían apreciar el arte del toreo. En la edición del 18 de octubre de 1886, escribió un artículo jocoso al que tituló «Los aficionados de Villamelón».
Lo inició escribiendo: «Hay en España un pueblo verdaderamente notable, cuyos habitantes forman, a manera de los bohemios, tribus nómadas que se desparraman por toda la Tierra…». Luego, justificando la abundancia de tales especímenes, en otra parte dice: «Lo más asombroso de Villamelón, es la extraordinaria fecundidad de sus mujeres…», y también aclara: «El rasgo característico de los de Villamelón, es querer hablar de todo y entender todo, sin haber estudiado nada». En la edición del 10 de abril de 1887, Don Jerónimo contó que el periódico mexicano La Sombra de Pepe Hillo, en la edición del 30 de enero de 1887, reprodujo su artículo «Los Aficionados de Villamelón». Con esto, se puede explicar cómo es que se difundió la palabra en México, porque incluso en 1894, apareció un articulista taurino que escribía en el diario mexicano El Puntillero, que firmaba con el seudónimo de “Villamelón” y su nombre era Antonio Hoffman; años después a mediados del S XX, fue utilizado también por un gran aficionado a los toros Don Aurelio Pérez Sánchez.
Del toreo, la palabra pasó al teatro, al cine, al futbol, al box y a todo tipo de eventos en los que nunca falta el que, por hacerse notar, habla sin poner sustancia en sus opiniones, tal como lo hacían en España los imaginarios habitantes del hipotético pueblo de Villamelón. Y desafortunadamente son éstos, los villamelones, los que están haciendo mucho daño a la Fiesta Brava, los que van sin saber, sin conocer, sin disfrutar, sin amarla, sin apasionarse, porque van a gritar estupideces al torero en turno y a silbarle al picador sin conocer su verdadera función u oficio, porque no conocen nada de toros y creen que si, porque se emborrachan y terminan con lo bonito del momento, con el hermoso ambiente que existe en las Plaza de Toros.
Como muestra del villamelonismo en su máxima expresión por parte de aquellos que se acercan a la fiesta brava, narraré un suceso ocurrido en la recién desaparecida Plaza de Toros “El Relicario” de Puebla, Puebla, en México:
Se presentaba el rejoneador Diego Ventura (Nacido en Lisboa, Portugal, el 4 de noviembre de 1984, pero avecindado en España), quien llegó precedido de un gran aparato publicitario, que logró, que muchos aficionados y no aficionados acudieran al conjuro de éste para verle torear a caballo, y ¿que fue lo que sucedió? Que después de el matador Israel Téllez (quien vistió de azul celeste y oro) realizó un quite muy lucido a su toro, una pareja de amigos (que tal parece acudía por primera vez a los toros), preguntaron al aficionado que se encontraba a su lado ¿Verdad señor, que el de azul es el rejoneador? Y sin esperar la respuesta del interrogado, el otro se adelanto aseverando; Cómo crees, ¡El rejoneador es él de a caballo! A lo qué su compañero refutó: ¡No seas wey (expresión mexicana utilizada muy frecuentemente de unos años a la fecha, que puede ser utilizada como para decir tonto), los de a caballo son los picadores!