lunes, 26 de agosto de 2013

TAUROMAQUIA,DEBATE DE IDEAS


La tauromaquia no hace parte de las 7 artes, está en todas ellas.
7 son las artes que nos inspiran cada día a los seres humanos, pero hay un arte más que las inspira a todas ellas, la tauromaquia el arte de la vida y la muerte. Un arte que va arraigada a una cultura y definiendo cultura como una conjunción entre gustos y costumbres basadas en elecciones personales irrefutables por la sociedad. 
Según la Real Academia de la lengua Española el arte es: “Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”. Dada esta definición la tauromaquia cumple cada una de las palabras dichas, hablando de que se juntan todas las formas de expresión: plástica desde todo aquello relacionado con el traje del torero, la belleza de un animal sumado a la faena que logran 2 seres vivos, lingüísticos por la famosa palabra “OLE” que hace reconocer este arte y sonoro desde que comienza un paso doble hasta el sonido de bravura del animal.
Quienes realmente disfrutamos la tauromaquia sabemos que se logra hacer una comparación entre una ópera, un ballet o un cuadro con una faena y como dice el pintor taurino colombiano Fernando Botero: “Una corrida de toros se pinta sola, ya que tenemos todo el colorido y la luz del mejor de los cuadros”. Los taurinos sabemos que es el arte más difícil de entender, pero cuando lo entienden es el arte más bello y apasionante.
Para mí la tauromaquia es arte, es cultura y costumbre; es miedo y culmen a la vez, es el límite entre la vida y la muerte representado en una faena. Es un baile de 2 animales, es enfrentarse al miedo, al público y a la vida, es estar cara a cara con la muerte en una fiesta arraigada a una cultura antigua, en pocas palabras es celebrar la muerte de una manera artística.
Son innumerables los artistas taurinos entre ellos el premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez, Goya, el cantante Andrés Calamaro, Joaquin Sabina, Agustin Lara, por citar algunos, y todos ellos al hablar de tauromaquia se refieren también a un arte, una pasión inexplicable, algo que hay que entender para admirar, al sencillo arte de la muerte. “Sí, en el toreo está presente la muerte, pero como aliada, como cómplice de la vida: la muerte hace de comparsa para que la vida se afirme” dijo alguna vez el filósofo taurino Fernando Savater, refiriéndose a la muerte del toro lidia en una faena.
Las pasarelas se visten de trajes de luces, los cines se convierten en plazas de toros, los escritos en historias taurinas y la vida de sus toreros, las zarzuelas en pasos dobles, el pincel en banderilla y el lienzo en toro de lidia, la tauromaquia es arte desde todos los criterios imaginables, es una fiesta sin fin, porque cada día hay alguien que se inspira en ella. El arte de la tauromaquia es tan inmensamente grande que genero una polémica marca de carros conocida por sus diseños singulares, y por la belleza que trae cada uno de sus autos, estoy hablando de la marca Lamborgini, esta fue creada por el italiano Ferruccio Lamborgini, un taurino apasionado, es por esto que el decidió que cada uno de sus carros debe tener el nombre de un toro indultado, a excepción del carro ISLERO ya que este fue el toro que le ganó la batalla en 1947 al recordado torero Manolete. Y pensando en esto mismo creó el logo de su marca, este es un toro de lidia preparándose para embestir. Así de amplio es el arte que representa la fiesta brava que ha ocupado todos los continentes y ha dejado historia en cada uno de ellos. 
La cultura taurina no se centra en un ente territorial especifico, la tauromaquia no es una cultura exclusiva de España y sus colonias; esta cultura se extiende por todas partes del mundo abarcando los 5 continentes. En Latinoamérica son innumerables las plazas de toros que existen, y en cada una de ellas se celebra la fiesta día a día, buscando cada uno de ellos un nuevo matador. Así pasa en Perú, Venezuela, México, Colombia, Ecuador y Costa Rica, países que han hecho de la tauromaquia parte de su cultura, de su arte y de su vida cotidiana.
Al hablar de tauromaquia se habla de literatura, de poseía en todos los idiomas, los aficionados hablamos un mismo lenguaje a la hora de hablar de esta, se trata de viajar a ver corridas en diferentes lugares del mundo, defender la fiesta por todos ellos y explicar su arte en cada uno de los rincones del mundo, porque si, hay que explicar el arte que solo entendemos quienes lo vivimos y lo vemos. Por eso reitero que es el arte más difícil de amar, pero cuando se hace es algo sin explicación alguna. 
Canciones como “La Feria de Manizales” en Colombia escrita por Guillermo Ospina Fernandez o “España Cañi” una oda a la españa gitana escrita e interpretada en Madrid por Pascual Marquina Narro, “Madrid”, “Sevilla “, “Novillero” de Lara, son ejemplos de cómo la tauromaquia influye en otra de las ramas del arte. Estas canciones son ejemplo de identidad y de folclor tanto para la comunidad taurina, como para las sociedades española y colombiana. Otro ejemplo de música dedicada a la belleza de la tauromaquia es la pieza española tradicional “El Gato Montés” escrita por Manuel Penella y tocada por las mejores sinfónicas españolas en las plazas de primera más importantes de España y Francia. Estas son pequeñas muestras, otro tipo de manifestaciones artísticas de la fiesta brava.
Hablando también de la antigüedad de esta fiesta y la cultura que trae consigo, se han encontrado pinturas desde el año 1123 del pintor San Clemente de Tahull y no solo se habla de decoración en cuadros, la decoración del Panteón de reyes de San Isidoro de Leon, una fachada construida entre 1181 y 1188. Es inimaginable todo el arte que tiene consigo esta fiesta. Sumado a la cultura que trae y a la cantidad de gente que inspira, saber que es una fiesta que quieren abolir es insultar mi concepto de arte y el de miles de aficionados más, es un insulto a nuestro pensamiento y una ofensa a lo que llamamos cultura, es querer pasar por encima del poder máximo, de las leyes, es extinguir un ser vivo y es acabar con una pasión antigua que llena miles de corazones.
 Saber que hay cientos de personas organizando una plaza para que aficionados como yo vayamos a disfrutar con una buena bota y un pañuelo blanco una tarde de sol, arena, música y lidia. Ir a honrar a un animal, aplaudir su bravura y destreza, admirar su belleza al igual que lo hace el torero porque como dice Juan Camilo Solanilla torero Colombiano: “La belleza del toreo está en ver como un hombre es capaz de poner por encima del miedo el amor por el toro y arriesgar su vida para honrarlo” 
Finalmente con este texto no busco crear taurinos, ni nuevas personas que visiten las plazas de toros, busco demostrar el arte que trae la tauromaquia, demostrar que es algo único, estético y que cumple con cada una de las características dadas por la RAE como un arte. Los taurinos pedimos conciencia, pedimos que se cumplan nuestros derechos, somos una minoría que busca la igualdad y el respeto que merecemos.
Invito a todas las personas que no saben del tema que busquen verdaderamente lo que es tauromaquia y no se dejen llevar por el amarillismo de la prensa, ni por pensamientos vagos de personas que no conocen sobre este, los invito a escuchar la pasión con la que hablamos los taurinos del tema y traten de entendernos, que para nosotros la fiesta brava más que arte, cultura y pasión se ha convertido en un estilo de vida, algo en lo que pensamos todos los días y contamos cada uno de estos esperando la tan anhelada fecha, la tauromaquia no está en las 7 artes, hace parte de todas ellas desde todos los puntos y criterios alcanzables, haciendo del diario vivir de miles de personas algo artístico que nos llena de conocimiento, pasión y adrenalina.
Para finalizar comparto el sentimiento de Salvador Dalí al decir: “En una corrida de toros podría morirme de una sobredosis de susto y gusto al mismo tiempo”.