No obstante los años trascurridos, los
recuerdos se agolpan en mi mente como fotografías y la nostalgia se apodera de
mis sentimientos. Fue en el invierno del año de 1976 y el primer cuatrimestre
del 77, cuando los Camaroneros del Carmen, se llevaron el banderín y obtuvieron
el campeonato de la, entonces incipiente, liga estatal de beisbol que presidia
“Trompoloco” Martínez.
Era yo un niño ingresando a la
adolescencia y mi Padre, Guillermo Padilla González, se hizo cargo de los
aspectos gerenciales y administrativos del equipo representativo de casa, mismo
que llevaba el nombre de la industria que nos distinguía económicamente en el
ámbito nacional e internacional, con el que toda la comunidad se identificaba
y, la llegada de los veneros del petróleo aun no causaban los estragos que hoy,
a diario, notamos en nuestra noble ínsula. Pero bueno, estas líneas son para
hacer una retrospectiva, plasmarla y entrelazarla con lo que acontecerá el
próximo domingo, cuando los nuevos Camaroneros del Carmen, se enfrenten a los
Piratas de Villamadero y se jueguen 9 entradas para que el ganador, se
lleve el campeonato de la liga estatal campechana, edición 33.
Por la posición que ocupó mi
progenitor en el equipo y de apoyo recogiendo los bates, guates y pelotas,
asistí a todos los juegos de aquella temporada y son incontables las anécdotas
que viví y presencie de aquellos peloteros que domingo a domingo sacaban la
casta, con el uniforme adherido a la piel y comprometidos con la afición cuya
emblemática figura era una señora apreciada por todos, a quien sólo recuerdo
como Doña Carmela y apodaban “La Chiva” , ofrezco una disculpa a la familia de
quien siempre considere, el, o la jugador número 10 de los Camaroneros.
El manager fue Otoniel Ríos, que en
ocasiones jugaba de cátcher, posición en la que siempre brilló Armando García
“El Pingüino”, como sus amigos y conocidos, hasta el día de hoy le decimos con
afecto. Antes de seguir, pido la comprensión de los lectores si omito algún
nombre o emito alguna imprecisión, mentira que 20 años no es nada y más de
treinta, usted sabrá. El coach fue Rafael Hernández, mejor conocido como “El
maestro Fayo” y el Sr. Fonoy, cuyo nombre escapa de mi bastante usada memoria.
En la primera base, Cesar Cuevas;
segunda, Jesús “Zacatillo” Guerrero; en la intermedia “El Piojo” Ayala,
jugadorazo, ambidiestro, con talento de liga mexicana pero, en esa época, no
habían las oportunidades de la actualidad y , en la tercera base, brillaba
Gabriel “El Diablo” Magaña, quien hacia sus pininos en la máxima categoría del
país, defendiendo el uniforme de los Leones de Yucatán. Esa era, generalmente
la base aunque se alternaban con personajes de la talla de Abelardo Balderas,
su tocayo, de apellido, Guzmán, Medardo Montejo y otros que escapan al momento
de escribir estas líneas.
En las praderas, como olvidar a una
persona a quien le tuve afecto y que hoy recuerdo con cariño, José Ángel Zapata
González, y a Camilo Massa y “Concho” Ayala, entre otros.; y no puedo
omitir a 3 jóvenes a quienes se les dio la oportunidad de foguearse en el
béisbol, Norberto Maury, Sergio “La Loba” Casanova y Adrian Rosado,
los mejores peloteros de la liga juvenil en aquellos años.
El picheo era de lo mejor de la
liga y peloteros como el Cubano, avecindado en Carmen, el inolvidable
David “Látigo” Jiménez, José Ángel ”Nana” Remellón, Tomas Johnson, el Doctor
Coba, Eleuterio Ramos “El Jarocho”, entre otros, destacaban en la loma de
picheo.
No puedo omitir que, en sus vacaciones
profesionales, el mejor pelotero de todos los tiempos de Liga Mexicana, el
hombre record, Nelson Barrera Remellón, reforzaba al equipo y con el uniforme
del equipo de sus amores y donde se consagro, Diablos Rojos del México, saltaba
al diamante a poner su mayor esfuerzo y a demostrar el talento innato que lo
distinguió. Desde entonces se hizo mi ídolo y sobre todo cuando le tocaba al
equipo local, batear, un servidor le sostenía su gorra y su guate, con el que
“boleaba” al lado de mi amigo Julio Montejo durante esos minutos.
Como anécdotas contare 3, para no
aburrir, la primera es que mi Padre y Don Otoniel Ríos me dieron la nada
agradable comisión de supervisar que los peloteros, entre juego y juego, no se
tomaran sus cervezas, solo en una ocasión lo hice y espero que el “Pingüino”
García ya me haya perdonado toda vez que castigado y no jugó el segundo juego
del día.
La otra anécdota fue que unánimemente
los peloteros le dijeron a mi Padre que me diera alguna medicina para las
lombrices, en virtud de la gran cantidad de tortas de cochinita que me comía y
que preparaba el hermano del “Piojo” Ayala, en las afueras del terreno de
juego, deliciosas y mas que eran invitadas por los jugadores por la misma razón
de la primera anécdota, la no acusación.
La última, fue en una ocasión que toco
al equipo de casa jugar de visitante en el ingenio azucarero “La Joya” y fue
uno de esos días en que todo salió mal; a todos los lanzadores les dieron de
palos, terminó cerrando el juego Nelson, quien por cierto, con solitario
jonrón, metió la carrera del honor. No recuerdo si el marcador fue 21 a 1 o 11
a 1. Desastroso y Don Memo y Otoniel, haciendo bilis al por mayor.
El 8 de Mayo de 1977, en el Estadio Resurgimiento,en juego que
tuvo en la loma de los lanzamientos al Látigo Jiménez lo Camaroneros del Carmen
derrotaron al Triangulo rojo de Seyba playa con un marcador de 6 a 2,
coronándose campeones por primera vez, en la liga estatal de Beisbol. El júbilo
fue generalizado en toda la población y se vieron cristalizados los sueños de
los aficionados y el esfuerzo de los jugadores, quedando grabado en la historia
esa proeza.
Este domingo 2 de Febrero, los
Camaroneros, capitaneados por Manuel Ayala (familia talentosa beisbolera)
y con un equipo conformado casi en su mayoría por jóvenes del municipio y el
estado y sin ningún extranjero, trataran de emular a aquellos Camaroneros que
pusieron muy en alto al deporte Carmelita.
Loable es la labor de su Gerente,
Oscar Calderón López, quien con la gran afición que lo distingue, tanto a él
cómo su familia, ha logrado sacar agua de las piedras y hoy, a punto está de
darle una satisfacción a la noble afición Carmelita, que tan ansiosa se
encuentra que llegue el día cero y gane, el equipo de casa.
Por último, es indudable de destacar
el apoyo que ha brindado el Gobierno Municipal que preside Enrique Iván
González López, por conducto de Enrique “El Cuyo” Novelo, titular del Instituto
del Deporte y, los directivos de la sección 42 del sindicato Petrolero, pero
sobre todo, los aficionados Carmelitas y Carmelos que domingo a domingo, junto
con sus familias, asistieron a los juegos, tanto locales como de visitantes, y
así, poder grabar otra página con letras de oro, en el deporte Campechano. No
voy a terminar estas líneas con la trillada frase: “que gane el mejor”, ¡¡¡Ni
madres!!! Que ganen los Camaroneros que lo queremos de Campeón…..
A LA PELOTA!!!
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