Quizás usted, amable lector, tenga
conocimiento que hasta hace unas décadas, en las liturgias católicas, la biblia
se leía en latín con el cura de espaldas a los feligreses y cada quien entendía
lo que se le ocurría, o lo que se le inducia cuando los sacerdotes
“interpretaban” los evangelios, ya que por increíble que esto les suene,
durante siglos, traducir la biblia en una lengua comprensible para el pueblo era
un delito que podía costarle la vida, es más, tener un evangelio en casa estaba
penado a cualquiera que no fuera sacerdote.
A judíos, cristianos y musulmanes se
les llamaba los “pueblos del libro” puesto que basaban la propia fe en textos
dictados o inspirados directamente por Dios, por lo que se deduce que el
creyente de una de estas tres religiones tiene el derecho y el deber de leer,
estudiar y comprender las escrituras. No obstante, los católicos en comparación
con los protestantes, conocen poco sobre las escrituras del antiguo o el nuevo
testamento bíblico.
La primera razón por lo que esto
aconteció fue que con la caída del imperio Romano, el latín estuvo cada vez más
en desuso y entre la población nacieron varias lenguas “vulgares” y llegados al
año 1000, en Europa el latín era una lengua usada por un pequeñísimo porcentaje
de la población, principalmente, los doctos y los juristas, es decir, era una
lengua desconocida por la muchedumbre. Por lo anterior, lo lógico era que la
iglesia católica promoviera la traducción de la biblia a las nuevas lenguas de
modo que los creyentes pudiesen, sino estudiarlos (pocos sabían leer o
escribir), al menos escucharlos en una lengua comprensible.
Pero no fue así. Al contrario, a
partir de cierta época todos los intentos de hacer las escrituras entendibles
para el pueblo fueron condenados y sus artífices perseguidos. ¿Por qué motivo?
Muy simple: aquellos que negaban el poder de la iglesia, utilizaban las
escrituras para mostrar al pueblo cuánto se había alejado la iglesia oficial
del original mandamiento de humildad y pobreza.
En 1199, el Papa Inocencio III, el mismo que invento las cruzadas contra los herejes, se lanzo despiadadamente contra aquellos laicos que en reuniones secretas, se tomaron el derecho de exportar tales escritos y de "predicarlos unos a los otros”, en 1229, el concilio de Tolosa, el que instituyo la inquisición, prohibió a los laicos poseer y leer la biblia y decretando que el estudio y la predica de la biblia son asuntos reservados al clero. Es por ello que cuando Martin Lutero tradujo la biblia al alemán, al alto clero católico le dió un soponcio.
Todavía tres siglos después, el Papa
Pio VII (1800-1823) afirmó que “las asociaciones formadas en la mayor parte de
Europa, para traducir en lengua vulgar y expandir la ley de Dios, me causan
horror… hay que destruir esta peste con todos los medios posibles…" estos Papas
siempre tan vanguardistas.
Para finalizar, un año antes que
naciera este hereje libre pensador o columnista de pacotilla, como mejor le suene a usted, en 1965, el uso de la liturgia en las lenguas nacionales se
introdujo en lugar del latín y con los curas mirando de frente, tal vez
cuidando que los monaguillos no hicieran de las suyas con el diezmo y con la novedad que el actual Papa Benedicto
XVI, quien en sus años mozos perteneció a las juventudes nazis y antes de ser
auto nombrado Papa ocupaba el cargo en el vaticano de prefecto de la
congregación de la doctrina de la fe, que es ni más ni menos lo que en la edad
media se le llamo “ la Santa Inquisición”, el cual será tema de otra apóstata
ocasión, pretende que las misas vuelvan a darse en latín con todo y cura de
espaldas, con eso de que por medio de la tecnología se podrá monitorear a los
monaguillos a la hora de la recolecta del diezmo, pues, con la iglesia topamos
y avanzamos, diría aquel juglar. Amén.
¡Cuántos de nosotros nos sabíamos de todo esto! Y me incluyo, ya que había varios detalles que la verdad yo no conocía. Sabía que hasta hace unas décadas las misas se daban en latín y de espaldas, pero fue hasta hace poco que me empecé a cuestionar el por qué. Y el por qué lo encontré igualmente hace poco tiempo, dándome cuenta, como dicen aquí, de muchas de las trampas que la iglesia llega a plantarnos de repente. Si de verdad se nos diera a los laicos la lectura completa de la Biblia como debe de ser, incluyendo los textos apócrifos, estoy completamente seguro de que la iglesia (en todas sus variantes) saldría terriblemente perjudicada.
ResponderEliminarMuy simpatica nota, simpatica y veraz. Suerte
ResponderEliminarla politica y la religion son los mas grandes negocios de la humanidad, creci con familia religiosa, ahora cuestiono muchas cosas,me considero mas laico que ateo,respeto la iglesia y a sus feligreses,pero dudo de sus protagonistas sacerdotales, y en cuestiones politicas, la misma chingadera de cada 6 años y no hacemos ni m...., saludos chuchin y gracias por la retroalimentacion de tu topico.
ResponderEliminarLA MISA SE EMPEZÓ A DAR DE FRENTE PORQUE EL PAPA JUAN XXIII DIJO QUE SE DIERA ASÍ Y EN EL IDIOMA DE CADA LUGAR, QUE HABÍA QUE ABRIR PUERTAS Y VENTANAS Y RENOVAR LA IGLESIA, NO POR LOS COMENTARIOS ARRIBA ESCRITOS!!!
ResponderEliminarQue buen tema ... Y a pesar que solo un tipo de personas se salvará ... Los redimidos lavados POR la sangre de Cristo ... Aquellos que Dia a dia se santifican Para El. La religión que no salva es Vana ... Religions sobran ... Iglesias sobran ... Pero redimidos y nacidos de Nuevo muy pocos ... Lutero fue uno entre millones por eso termino muerto ... Igual que Jesucristo. Hay alguien que se quieta sumar ???? Aleluyaaaaa !!!!!!
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