martes, 8 de julio de 2014

ISLA DEL CARMEN... POR ROGER CORNELIO

 
El inagotable manantial de desafíos encontrados en el Municipio de Carmen no se agota. Surge de la nada; emerge a cada instante y de donde menos se le aguarda; avasalla, desespera y desgasta. Pero también esta adversidad ha forjado el temple de gente única. Nadie se rinde y todos a una, enfrentan valerosos su destino. Así es hoy, así fue ayer y seguirá mañana en la misma tesitura.

Tierra generosa que ha ofrecido sus entrañas para orgullo de su pueblo. Sociedad apacible, cobijada bajo el manto protector de su bondadosa Virgen del Carmen. Festivos y de alegre humor; díscolos para complacer, pero entrones cuando hay qué. Intrincados los caminos para encontrar coincidencias entre ellos pero, otra vez, ¡todos a una! cuando se trata de defender a su patria chica, que es muy grande.

Así llegan hoy los carmelitas a su festividad religiosa. La Feria del Carmen no sólo es de ellos, no, es de todos; de todos los rincones de Campeche y estados vecinos; de la región sur sureste del país y hasta del centro y norte…. y allende nuestros confines. En cuestiones de catolicismo, las fronteras se difuminan y dan paso a una fe que traspasa el sentimiento teológico hasta convertirse en idiosincrasia, personalidad que enaltece.

La Iglesia, el deporte y la cultura se conjugan para agradar a las masas. Oportunidad propicia para que las instituciones desgranen pasajes de su heroica historia; para mostrar a nacionales y extranjeros las bondades de esta tierra y las coyunturas de inversión. Momento crucial para anuncios optimistas y para inaugurar obras. Feria que alegra y esperanza a comercios, golpeados por la inercia.

Hay ambiente de fiesta en Carmen. Atrás, por unos días, quedarán los sinsabores que deja la naturaleza con sus torrenciales aguaceros. Una pausa, 15 días, para relajarse y disfrutar de su celebración; para demostrar su anfitrionía ante miles de visitantes y, por qué no, ocasión precisa para presumir lo mucho que se tiene y que vale más, mucho más, que los problemas cotidianos que toda sociedad sufre.

Bien hacen los gobiernos estatal y municipal por preservar esta tradición. Más allá de la calidad de los artistas –que cuestan mucho- destaca la vocación porque la fiesta se lleve en paz. No hay lugar en todo el sureste como en Carmen, donde se multiplican geométricamente los eventos culturales y deportivos. La Sala Interactiva Petrolera, única en su género, y la Expo de artesanías de todo el mundo, sin igual.

Así es el ambiente hoy en Carmen. Infraestructura hotelera al máximo y las macro plazas saturadas. Esfuerzos de doble turno para dejar una imagen límpida. Coordinación de seguridad con cuerpos policiacos adiestrados en el manejo de multitudes. La zona de Playa Norte al máximo, con su corredor turístico que maravilla de día, pero que de noche cobra una magia especial por su modernismo y multicolor semblante.

Bien hacen, pues, las autoridades que se conjugan para hacer mucho más… con mucho menos. El alcalde Enrique Iván González y el gobernador Fernando Ortega, unieron creatividad para sustituir despilfarro; la planificación por encima de la improvisación y la responsabilidad más allá de la frivolidad. Bien por Carmen, que está lista para recibir con los brazos abiertos a una heterogénea multitud.

Bien por los carmelitas, que tienen mucho de qué sentirse orgullosos. Como debe de ser.
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