Todas las
sociedades, antiguas y modernas han
tenido sus respectivos héroes. Los honran de variadas formas como celebraciones
de aniversario, erigiéndoles monumentos, condecoraciones post mortem, le dan
sus nombres a calles y plazas públicas, se han instituido premios por
corporaciones académicas o políticas tal y
como la Belisario Domínguez, que otorga el senado de la república; los héroes cumplen dos funciones básicas: son
modelos de identificación hacia los de adentro y son bandera e imagen
corporativa hacia los de afuera.
Los ejemplos
más comunes y familiares son los llamados “héroes nacionales” y los santos de
las iglesias. También hay héroes
militares, políticos PRIANISTAS (ejemplos: Francisco .I. Madero; Lázaro Cárdenas)
héroes de la ciencia, empresariales, sociales (el Che Guevara o el sub
comandante Marcos) Hay también “héroes de paso” que son las estrellas del deporte
y del espectáculo: Julio César Chávez, el “chicharito” Hernández, Julio "La Momia" Gomez el que venció a los alemanes, Pedro Infante, “santo, el enmascarado de plata”, Gael
García, Hugo Sanchez, Chuchín Padilla, etc.
Héroe: Guardián y/o protector

Héroes y villanos en la historia de México.
¿Quiénes son
nuestros héroes nacionales y quienes los villanos? Así como los mexicanos
tenemos una larga tradición de intelectuales por decreto y por cooptación, así
también tenemos listas prefabricadas de héroes y villanos. Los ejemplos mas
convencionales de héroes son: Cuauhtémoc, Juan Diego (al que por cierto, la
iglesia católica sin ninguna evidencia científica de su existencia elevó al
rango de santo), Hidalgo, Allende, Morelos, la Corregidora, Juárez, Madero, Zapata,
Villa, Cárdenas, Justo Sierra, Sor Juana Inés de la Cruz por citar algunos
de los más relevantes.

Malabarismos históricos
Cabe señalar
que hay casos en que se da el binomio de héroe/villano y se percibe según la perspectiva
del lector: Álvaro Obregón el bueno y león toral el malo o viceversa;
Carranza el bueno y Zapata el malo o
viceversa; Villa el bueno y Obregón el
malo o viceversa; Díaz Ordaz el bueno y los estudiantes del 68 los malos, o
viceversa; Fox el bueno y el PRI o López Obrador, los malos o viceversa.
Cualquiera entiende los malabarismos mentales requeridos para estas seudoclasificaciones
y la tentación de falsear la realidad para encajonar la historia a la
conveniencia de los grupos gobernantes en turno.
Para terminar
con estas modestas reflexiones y ponerla en una perspectiva amplia, analicemos
¿cómo son los héroes mexicanos comparados con los de otros países? Pues resulta
que en México no tenemos personajes como
Sócrates, Aristóteles, Newton, Einstein, Edison, Galileo, Da Vinci, Miguel
Ángel, por citar algunos. En México nuestros héroes tienen más de tragedia o
sacrificio que de aportaciones a su sociedad o a la humanidad. Se les reconoce
la gesta heroica de corta duración, no la construcción paciente a lo largo de
toda una vida. Un lugar privilegiado a esta idea nos la da el mismo Jesucristo,
coronado de espinas, espantosamente
llagado y torturado. Tal parece que nos identificamos más con el
sufrimiento y la derrota que con el triunfo, la creación, la inventiva, el
talento.
El Ángel de la dependencia
Al mexicano
nos resulta difícil identificarnos con la victoria, un ejemplo es el monumento
de la independencia en la avenida insurgentes: la gente se refiere a el como
“el ángel de la independencia”. Allí acude la muchedumbre a celebrar, a
proponer y a protestar. La realidad es que es una escultura de una hermosa
mujer de pechos prominentes. Además, el ángel simboliza protección, no triunfo;
ni personal ni colectivo. Dicho de otro
modo, nuestro pueblo se aferra a
convertir el signo de la independencia en símbolo de la dependencia.
La pregunta
para el amable lector: ¿con los héroes y los villanos, nos engañan o nos
engañamos? Parece que si; nos engañan y nos engañamos y hacemos como que nada
pasa y todo fue real.
Mexico un pais dependiente de "Mitos" acostumbrado a crear "Idolos" mas que a destruirlos.
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