jueves, 26 de diciembre de 2013

DOGMA Y CIENCIA, EL GRAN CONFLICTO.



Uno de los conceptos morales que más auge ha tenido en los últimos lustros, principalmente alrededor de algunos movimientos sociales, como el feminista, indígena, ecologista o de diversidad sexual, es el de tolerancia. La tolerancia se ha explicado como la actitud de respeto a lo que es diferente, a lo que no es como uno, a lo que constituye al otro.
Sin meterme en las muchas deficiencias que el concepto tiene, es importante señalar que, como en muchos otros casos, el Estado y las esferas neoliberales del poder se lo han apropiado y transformado en algo que implica el deber de soportar cualquier expresión de autoritarismo. Esgrimiendo argumentos relativistas y posmodernos, ataca la disidencia pretendiendo que las diferencias entre personas o grupos son circunstanciales, no obedecen a criterios de verdad ni a principios éticos. En consecuencia, no habría ningún parámetro para juzgar como más verdadero o moralmente aceptable a ninguna proposición o punto de vista. Hay que ser tolerantes frente a todo.
Esto se expresa con claridad en ciertos planteamientos sobre las relaciones entre ciencia y religión que afirman que, siendo un derecho de las personas creer en lo que quieran, no existe una forma de conocer el mundo que sea superior a otra. O, como se plantea de manera más suavizada desde el agnosticismo: la ciencia y la religión son esferas separadas, y dado que la existencia de Dios no puede ser probada, éste no es un problema en el que la ciencia se deba meter. No es su esfera de acción. Cada quien puede desarrollar su manera de pensar independientemente. A partir de posiciones como ésta, se justificaría una posición de tolerancia entre religión y ciencia, incluso de complementariedad entre una y otra. La religión se ocupa de los aspectos espirituales del humano, la ciencia, de los materiales. Tanto unos como otros son imprescindibles para la vida humana.
Sin embargo, ambas posiciones evitan poner el dedo en la llaga. En primer lugar se parte de una confusión entre lo que es espiritual o místico y lo religioso. Todo lo religioso es místico, pero no todo lo místico tiene que adoptar la forma de una religión ni lo religioso tiene que expresarse como las religiones que ha habido o hay. En segundo lugar, evaden pronunciarse sobre los contenidos específicos de las creencias religiosas y sobre las instituciones y formas de ejercicio del poder provenientes de la religión.
Además, estos puntos de vista ignoran algo fundamental: que una de las características de la ciencia es que puede determinar verdades, que puede al menos señalar los probables caminos en dirección a la verdad, que puede corregir errores y mostrar falsedades. Así, la ciencia es capaz de abordar muchos de los fundamentos de las religiones o muchas de las creencias en que se basan y mostrar su falsedad. Se puede mostrar, con criterios y métodos científicos, que la Tierra no es plana, ni está sostenida sobre las espaldas de un par de elefantes parados sobre un par de tortugas nadando en un gran mar; se puede mostrar científicamente que las personas que mueren no resurgen, que el agua no se puede convertir en vino, que no hay nirvana, ni infierno, ni cielo. Para acabar pronto, se puede mostrar, racional y científicamente, la incoherencia e insostenibilidad de todos los argumentos esgrimidos a favor de la existencia de Dios, como lo demuestra el filósofo estadunidense John Allen Paulos (Elogio de la irreligión, Ed. Tusquets, 2009).
Desde hace unos cuatro siglos que la ciencia y la filosofía han venido dando salida satisfactoria a muchas de las dudas existenciales y problemas que fueron la fuente del surgimiento de las religiones, allá en la antigüedad, cuando el conocimiento racional del mundo era muy pobre aún. Copérnico, Kepler, Galileo, Darwin, Marx, Nietzche, Freud, Bertrand Russell, Oparin, Newton, etcétera, dieron explicaciones que echaron por tierra las creencias religiosas. Llegaron a conclusiones con un valor de verdad incomparablemente más alto que el de estas últimas. Produjeron una cantidad de conocimiento nuevo sobre el universo con el cual la religión no puede ni podrá rivalizar.
La ciencia y la razón no son ninguna panacea, el culto desmedido a éstas ha resultado nocivo para la civilización contemporánea, pero eso no puede soslayar los logros científicos. Uno de los más importantes es haber desmentido toda una mitología basada en mentiras que ha sido explotada por la religión. Esta última nunca ha mostrado la más mínima tolerancia hacia las expresiones distintas a ella. Siendo así y estando constituida en buena parte por mentiras, ¿por qué querer situarla en el mismo nivel que la ciencia?


domingo, 22 de diciembre de 2013

MAGISTERIO SIN VOZ EN LA REFORMA EDUCATIVA

La mal llamada reforma educativa no tiene nada de educativa, salvo que sea por su fervor por la ignominiosa e ignorante pedagogía del siglo XVII, que estipulaba que la letra con sangre entra y que aprender significa memorizar enunciados o fórmulas. Más bien, se trata de una reforma laboral disfrazada de educativa, pero con graves consecuencias negativas para los procesos de aprendizaje y para nuestros niños y jóvenes.
La reforma elevó a rango constitucional la medida tomada por el presidente Fox, en complicidad con la dirección del SNTE (con Elba Esther Gordillo a la cabeza), de crear un instituto para la evaluación estandarizada de los docentes de educación básica y media superior, cuyos resultados serían la base para definir el ingreso, promoción y permanencia en el empleo de los maestros; medida que fue complementada con el condicionamiento del ingreso económico de los profesores a la calificación que sus alumnos obtengan en una prueba de las mismas características. Es decir, una prueba externa que premia o castiga de acuerdo con sus estandarizados números y que no es utilizada en ningún país del mundo para definir el ingreso, promoción, permanencia y salario de los maestros.
Más allá de que es un despropósito elevar a rango constitucional dicho organismo, hay que decir que en su concepción y ejecución se ignora a quien se considera el más importante actor del proceso educativo: los profesores. No es con ellos, sino contra ellos. No sólo se les violenta retroactivamente su contrato de trabajo, sino que además se les excluye de su indispensable participación en el supuesto proceso de evaluación. Ni siquiera en las mal llamadas evaluaciones de los docentes universitarios (que cuando más son controles cuantitativos de productividad) esto se hace así, pues tanto en nuestro país como en el resto del mundo, éstas se realizan por comisiones dictaminadoras compuestas por sus pares y con miembros de su misma comunidad académica.
A ello, de suyo grave, hay que agregar que, en sentido contrario a todo desarrollo pedagógico y al más elemental sentido común, en la llamada reforma educativa: 1) se ignoran las serias limitaciones y sesgos culturales que las pruebas estandarizadas contienen; 2) se sustituye la necesidad de evaluar (ejercicio fundamentalmente cualitativo de los procesos, sus actores y sus condiciones) con la posibilidad de medir (cualquier peón de obra sabe que no es lo mismo medir una trabe que evaluar sus condiciones), haciendo de la evaluación un sinónimo de aquello que creen poder medir; 3) se induce a la memorización acrítica por encima de la comprensión reflexiva, al reducir la evaluación al resultado de un examen estandarizado, y 4) se asume una inexistente homogeneidad de los actores del proceso educativo (como si los alumnos, sus familias y los maestros fueran iguales en todo el país), cuando son innegables las abismales exclusiones económicas y sociales y la enorme diversidad cultural existente.
En sentido contrario, Finlandia eliminó la competencia entre estudiantes y entre escuelas, y la insustancial entelequia de la excelencia académica; prescindió de la aplicación de pruebas estandarizadas como método de evaluación para sus docentes y sus estudiantes y colocó en el centro gravitacional del proceso de enseñanza el bienestar de sus niños y jóvenes, impulsando su curiosidad, su creatividad y reflexividad. Resulta que, recientemente, Finlandia aceptó que se aplicara la prueba estandarizada aplicada a escala mundial por la OCDE (PISA) y, oh sorpresa de los tecnócratas: ¡obtuvo las más altas calificaciones!
Contra lo que se pretende con la reforma, en México no se requieren maestros iguales, sino tan diferentes como las condiciones en que trabajan y con quienes trabajan les demandan. Cualquier pedagogo del mundo reconoce que el entorno social tiene una importancia decisiva en lo que ocurre en el aula, por lo que la homogenización imaginada por los tecnócratas, además de ser una mentira, significa la pretensión de tratar a los desiguales como si fueran iguales, profundizando aún más la desigualdad existente. Sin embargo, ese será el resultado al asumir que se requiere el mismo tipo de maestro para trabajar en una comunidad rural (más aún si en ella se habla una lengua distinta al español) que en un barrio marginal o que en una colonia de clase media urbana y que se les puede evaluar igual a unos que a otros, o peor aún, aplicar un examen estandarizado a sus alumnos para calificarlos y para definir el salario y la permanencia de los docentes.

No hay en el mundo reforma educativa que prospere sin el consenso y compromiso de los maestros, y no es casual ni inventada la oposición y el descontento que, muy mayoritariamente, se ha generado entre ellos, pues se enfrentan a una receta que generará anemia pedagógica y aumentará la exclusión, la discriminación y la frustración de nuestros niños y jóvenes. Hay que escucharlos; los maestros saben de lo que hablan.

martes, 17 de diciembre de 2013

PAPA FRANCISCO Vs MAFIA DEL VATICANO



Primero una aclaración: nadie y nada (hasta ahora) va a convencer a este articulista de que Jorge Mario Bergoglio, un pastor conservador, con el pasado a contracorriente de los procesos emancipadores en la Iglesia y con el presente a espaldas de la ola progresista en el continente, hará algo revolucionario.
De todos modos: ¿no es hablar de la necesidad de revolucionar más bien un indicio de la gravedad de problemas de la Iglesia (y no tanto del progresismo del nuevo Papa) o un espejismo de los círculos progresistas, también externos a la Iglesia, un deseo que ésta cambie finalmente (y no tanto un reflejo de su propia dinámica)?
Mientras tanto, el viaje a Brasil hizo creer a algunos optimistas que Francisco podría ser el nuevo Moisés de la Iglesia, que la llevará a una tierra prometida; otros, antes escépticos, se persuadieron de que sí hará mucha diferencia.
Al final, ¿no fueron Juan XXIII –el gran reformador–, o Samuel Ruiz –el obispo de los pobres–, unos duros conservadores antes de que fueranconvertidos por las par­ticulares dinámicas sociales y eclesiásticas?
Sí. Pero después de la purga woj­tyliana-ratzingeriana los círculos progresistas son ya una clara minoría (seguramente en el Vaticano), sin influencia real sobre el Papa. La lucha no es entre progresistas y conservadores, sino entre conservadores y ultraconservadores
Francisco podrá ordenar un poco la Iglesia y devolverle legitimidad, sustituyendo la locura del ultraconservadurismo por su conservadurismo razonable y popular, pero no hará ninguna revolución.
Más que Moisés, es como Hércules, condenado a limpiar al Vaticano y sus diferentes establos nacionales. El hecho de que la curia romana se inquiete o de que en algunos países se escuche el descontento significa que ya viene la escoba.
Un buen ejemplo es la Iglesia polaca, dominada por los sectores ultrarreaccionarios, a quienes Francisco ya hizo parar los pelos.
Algunas voces de observadores críticos: El nuevo Papa es el problema más grande de la Iglesia polaca ,Si los obispos polacos pudieran, lo revocarían , Huele a cisma, Francisco avergüenza y ridiculiza a la Iglesia polaca, o Sus palabras suenan como revolución .
Otra vez lo de la revolución es sólo cuestión de perspectiva, pero veamos.
Francisco dice: ¡Hagan lío!, y quiere que la Iglesia salga a la calle.
La Iglesia polaca contesta silenciando a los curas que hacen lío (como Adam Boniecki, ex jefe del semanarioTygodnik Powszechny, uno de los pocos representantes de la Iglesia abierta) y atrincherándose en sus palacios.
Si tiene razón el sociólogo Luis Antonio Gomes de Souza, que Francisco no es revolucionario sino más bien un concesionario, que propicia un clima para discutir los temas a los que la Iglesia tenía miedo, en el vaticano en vez de diálogo triunfan los prejuicios, el hermetismo y el divisionismo.
Dominan el clima preconciliar y el elitismo del clero ensimismado y alienado, que en vez de abrirse al mundo se siente su víctima, incluso –¡el verdadero teatro del absurdo!–perseguido como judíos durante la guerra 
Francisco dice: Quiero una iglesia pobre y para los pobres; los obispos han de ser hombres que amen la pobreza, o duele ver una monja o un cura con el último modelo de coche.
La mafia vaticana dice:¿ Significa esto que el Papa sacará a los ricos de la Iglesia o se deshará de todas las obras de arte del Vaticano?
Los obispos de la burbuja Vaticana- príncipes y Barones, cada uno con su Mercedes- piensan que un pastor pobre es un pobre pastor (cual Hank González) :abrazar la pobreza es condenarse a pauperismo y ellos tienen su dignidad.
Francisco dice: Un cristiano no puede ser antisemita.
La mafia Vaticana contesta, con sus acciones, lo contrario.
Francisco dice: ¿Quién soy yo para juzgar a los gays?
La caterva Vaticana, para la que los gays son peores que los comunistas (¡¡), contesta- aunque el Papa no alteraba la doctrina diferenciando los  lobbys y las personas- que todo fue una manipulación y homo propaganda.
Francisco dice: hay que endurecer las penas por pederastia y reformar el código Penal Vaticano.
La cúpula Vaticana pretende que no hay ningún problema y sigue protegiendo a los suyos: como si nada, a la conferencia del Episcopado sobre pederastia invita (ya hace tiempo) al arzobispo Juliusz Paetz, culpable de abusar sexualmente de los clérigos; y a un cura acusado de abusar sexualmente de 14 niños en República Dominicana, y requerido por la justicia, le brinda toda la protección en Polonia, por citar dos aberrantes ejemplos.
Todas esas negaciones y/ o intentos de reinterpretar las palabras de Francisco demuestran que la mafia vaticana sabe mejor qué es el catolicismo y que puede prescindir del Papa, a fin de cuentas, ni el primero ni el ultimo sería.
¿Cambiará hasta entonces la Iglesia bajo el pontificado de Francisco, o cambiará èl bajo el peso de los sectores ultraconservadores y retrógrados  del que el establo vaticano es el principal recinto? Esa es la cuestión.





domingo, 15 de diciembre de 2013

REFORMA ENERGÉTICA CONSUMADA

Quienes hemos vivido desde hace 30 años en La Isla del Carmen, Campeche, sitio de operaciones de la paraestatal Petróleos Mexicanos y empresas (nacionales y extranjeras) que le trabajan, conocemos que desde aquellos lejanos años ya participaban en casi todos los ámbitos de la producción petrolera los particulares.

De igual forma, el modus operandi del Sindicato petrolero así como la enorme corrupción que corroe a la mal llamada “empresa de todos los mexicanos”. Cuantos ejemplos no conocemos de sujetos que llegaron, como se dice coloquialmente, con una mano adelante y otra atrás y hoy, ostentan riquezas mal habidas como lujosas residencias, ranchos, hoteles, vehículos y dándose una vida que jamás soñaron tener, todo ello producto de la podredumbre existente en la paraestatal y en la cual, hasta la firma del más modesto de los empleados, recibe su diezmo.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, a través de su partido y el Partido Acción Nacional, por medio de pactos sospechosos, llevaron a cabo la aprobación de la reforma energética que permitirá al Estado mexicano compartir la producción petrolera, así como conceder contratos de licencia diseñados para acceder a depósitos de gas de esquisto y crudo en aguas profundas, entre otras cosas aun no muy claras para los mexicanos de a pie, para la inmensa mayoría de la población.

Dicha de reforma es más ambiciosa que la iniciativa presentada por el titular del Ejecutivo federal hace unos meses –la cual prevé la posibilidad de suscribir contratos de utilidad compartida en materia energética con particulares– y que, al ser aprobada, México pasara de ser un
mercado energético controlado por una sola entidad, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), a ser un mercado basado en la competencia, donde las empresas privadas podrían explorar y producir hidrocarburos por su cuenta, bajo un contrato con el Estado mexicano.

Debe recordarse que en semanas y meses recientes, con el afán de hacer presentable la iniciativa que promueve la entrega de la renta petrolera mediante los mencionados contratos de utilidad compartida, la publicidad oficial ha recurrido a la consigna opositora de no a la privatización y ha insistido en que Pemex no será entregada al capital privado, en lo que constituye una campaña de desinformación: a fin de cuentas, no es necesario convertir a la paraestatal en una entidad privada para transferir a manos de particulares tramos sustanciales de la industria petrolera o, en todo caso, de la renta obtenida por la venta de crudo. Las suspicacias se multiplican por el hecho de que, ante la evidencia de que la privatización parcial o total del sector energético suscita el rechazo mayoritario de la población, el régimen llegó al grado por disfrazar su propuesta como recuperación de ideas del ex presidente Lázaro Cárdenas, en lo que constituye una clara distorsión histórica de la expropiación petrolera de 1938 y de su principal artífice.

Por lo demás, la percepción generalizada de que el grupo gobernante busca involucrar al capital privado en la industria petrolera en una escala mucho mayor a la que se admite, cobra fuerza a la luz del paquete fiscal recientemente aprobado en el Congreso de la Unión: en efecto, resulta difícil explicar un requerimiento de recursos públicos como el que se obtendrá por medio de dicho paquete –que incluye la contratación de deuda pública por 800 mil millones de pesos– si no es para cubrir la carencia de recursos derivada de la privatización petrolera, lo que coloca al conjunto de la población ante la
perspectiva de un doble saqueo: el derivado de la entrega de la riqueza petrolera a manos de particulares y el fiscal, mediante el cual la propios contribuyentes se verían obligados a pagar las consecuencias de esa privatización.

La reforma energética ya fue aprobada por el duopolio partidista PRIAN. Falta solamente que 16 congresos estatales la aprueben, lo cual es pan comido y su futura reglamentación y puesta en marcha será el siguiente paso más lo difícil, después de tantos sombrerazos, tinta derramada, discursos demagógicos, personeros de la comunicación y estrategias mediáticas distractoras de la opinión pública, esa, que está en vías de desaparición por lo que solo queda esperar su desarrollo y el impacto que tendrá en la sociedad, cada día más descompuesta socialmente y que asuman la consecuencia quienes tengan que hacerlo.

Cabe pedir al gobierno federal que, de acuerdo con principios democráticos básicos, se conduzca con veracidad y transparencia de cara a la sociedad, y no atice el fuego social con petróleo. Es por su bien y el de la nación.

jueves, 12 de diciembre de 2013

LEGALIZACIÓN DE LA MARIGUANA EN MÉXICO

En el debate sobre la posible legalización de la mariguana en México hay varios argumentos que aparecen reiteradamente a pesar de que son evidentemente absurdos. Por ejemplo, algunas personas piensan que el quid de este debate radica en determinar si lacannabis daña la salud o no. Para oponerse a la legalización, se esmeran en buscar los argumentos para demostrar cualquier tipo de efecto nocivo de la yerba. Pues sí, quien lo busca lo encuentra, como puede hallar efectos nocivos en las aspirinas o cualquier fármaco, o en la ingestión excesiva de agua.
El punto no es si hace daño o no, pues la respuesta se conoce desde hace mucho tiempo. Puede ser nociva dependiendo de la etapa del desarrollo en la que se consume, de la frecuencia con la que se inhala o ingiere y de quién lo hace. Pero también se sabe que es menos nociva que muchas sustancias que son legales y que se consiguen en cualquier tienda o farmacia. Si el punto fuera determinar si algo hace o no daño para declararlo ilegal y castigar su consumo, estaríamos obligados a regresar, en el caso del alcohol, a la etapa de la prohibición.
Otro tema que aparece frecuentemente en este debate es el de la adivinación. Es decir, quienes sostienen que si se legaliza la mariguana ocurrirán miles de tragedias, aumentará el número de adictos, se incrementará la cantidad de jóvenes que por consumirla se iniciarán en el uso de otras drogas duras (al escuchar esto uno se imagina cientos de personas tiradas en las banquetas con una aguja insertada en las venas) y que aumentarán las conductas antisociales, como homicidios y todo tipo de crímenes. México se convertiría en el paraíso de las drogas, se afirma Son puras ocurrencias.
¿Dónde están los estudios serios que muestren que esto es así? Las comparaciones internacionales pueden ser útiles pero no sustituyen la experiencia directa. De todas maneras va un ejemplo: Si comparamos el número de homicidios en dos países como Holanda y México en los pasados 10 años –en el primer caso se tiene una política liberal ante el consumo de la mariguana y otras drogas y en México se prohíbe y castiga. La pregunta: ¿dónde hay más muertes violentas a causa de las drogas? Desafortunadamente nuestro país supera a Holanda y a muchas otras naciones en este rubro.
Hay otras experiencias en marcha como la de los estados de la Unión Americana en los que se ha legalizado el consumo de mariguana con fines médicos y/o recreativos, como en Colorado y Washington. Todavía es muy temprano para sacar conclusiones definitivas en estos casos, pero seguramente surgirán datos muy interesantes que no tienen que ver con las suposiciones… La época de los arúspices y adivinos quedó atrás hace varios siglos.

Por otra parte, la medicina no debe desechar ninguna herramienta terapéutica que pueda ser útil o potencialmente útil. Es más deberían alentarse y estimularse los proyectos de investigación sobre los posibles usos médicos del delta-9-tetrahidrocanabinol, con el fin de contar con una herramienta más en favor de la salud. Sumar en lugar de restar. Ya cometimos el error hace algunos años de eliminar los medicamentos con efedrina para mostrar (o fingir) nuestra obediencia con la lucha contra el narcotráfico. Es cierto que hay otras sustancias que más o menos pueden suplirla (a la efedrina), pero no se entiende cuál es la razón para perderla como recurso médico de utilidad innegable. Tampoco debe desdeñarse la sensación de bienestar que produce, por ejemplo, en algunos enfermos con cáncer.
Hay otro elemento en este debate que tiene que ver con los estereotipos. En los medios de comunicación tanto electrónicos como en la prensa escrita, en general, se asocia el consumo de la mariguana con personajes con tatuajes,piercing y peinados extravagantes, bailando con un tipo particular de música, generalmente rocanrol. Además de asociarse indebidamente a estas personas –que son libres de vestir y lucir como decidan– con el consumo de una sustancia ilegal, se transmite una idea completamente falsa, pues el uso recreativo de la yerba abarca a todos los sectores de la sociedad que pueden vestirse además con traje, corbata o medias, y fumarla en una reunión social en cualquier barrio elegante o disfrutando de la ópera.