Primero
una aclaración: nadie y nada (hasta ahora) va a convencer a este articulista de
que Jorge Mario Bergoglio, un pastor conservador, con el pasado a contracorriente
de los procesos emancipadores en la Iglesia y con el presente a espaldas de la
ola progresista en el continente, hará algo revolucionario.

Mientras tanto, el viaje a Brasil hizo creer a
algunos optimistas que Francisco podría ser el nuevo Moisés de la Iglesia,
que la llevará a una tierra prometida; otros, antes escépticos, se persuadieron
de que sí hará mucha diferencia.
Al final, ¿no fueron Juan XXIII –el gran
reformador–, o Samuel Ruiz –el obispo de los pobres–, unos duros conservadores
antes de que fueranconvertidos por las particulares dinámicas sociales y
eclesiásticas?
Francisco podrá ordenar un poco la Iglesia y
devolverle legitimidad, sustituyendo la locura del ultraconservadurismo por su
conservadurismo razonable y popular, pero no hará ninguna revolución.

Un buen ejemplo es la Iglesia polaca, dominada por
los sectores ultrarreaccionarios, a quienes Francisco ya hizo parar los pelos.

Otra vez lo de la revolución es sólo cuestión de
perspectiva, pero veamos.
Francisco dice: ¡Hagan lío!, y quiere que
la Iglesia salga a la calle.
La Iglesia polaca contesta silenciando a los curas
que hacen lío (como Adam Boniecki, ex jefe del semanarioTygodnik
Powszechny, uno de los pocos representantes de la Iglesia
abierta) y atrincherándose en sus palacios.

Dominan el clima preconciliar y el elitismo del
clero ensimismado y alienado, que en vez de abrirse al mundo se siente su víctima,
incluso –¡el verdadero teatro del absurdo!–perseguido como judíos durante la
guerra

La mafia vaticana dice:¿ Significa esto que el Papa
sacará a los ricos de la Iglesia o se deshará de todas las obras de arte del
Vaticano?
Los obispos de la burbuja Vaticana- príncipes y
Barones, cada uno con su Mercedes- piensan que un pastor pobre es un pobre
pastor (cual Hank González) :abrazar la pobreza es condenarse a pauperismo y
ellos tienen su dignidad.
Francisco dice: Un cristiano no puede ser
antisemita.
La mafia Vaticana contesta, con sus acciones, lo
contrario.
Francisco dice: ¿Quién soy yo para juzgar a los
gays?

Francisco dice: hay que endurecer las penas por
pederastia y reformar el código Penal Vaticano.
La cúpula Vaticana pretende que no hay ningún
problema y sigue protegiendo a los suyos: como si nada, a la conferencia del
Episcopado sobre pederastia invita (ya hace tiempo) al arzobispo Juliusz Paetz,
culpable de abusar sexualmente de los clérigos; y a un cura acusado de abusar
sexualmente de 14 niños en República Dominicana, y requerido por la justicia,
le brinda toda la protección en Polonia, por citar dos aberrantes ejemplos.
Todas esas negaciones y/ o intentos de
reinterpretar las palabras de Francisco demuestran que la mafia vaticana sabe
mejor qué es el catolicismo y que puede prescindir del Papa, a fin de cuentas,
ni el primero ni el ultimo sería.

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