viernes, 20 de mayo de 2016

EL PORQUE DE MIS ESCRITOS

 "El día en que nos quedemos callados sobre las cosas que importan es el inicio del ocaso de nuestras vidas… Llega la hora en que el silencio equivale a traición" Martin Luther King Jr.
 En la vida a todos, alguna vez se nos presentan casos en que somos víctimas de injusticias o revanchas perturbadas originadas  por personas o grupos (pandillas) que detentan poder económico, político o ambos y que por diversos motivos como venganza, animadversión gratuita, contiendas electorales, deportivas o de cualquier tipo y ante la desproporcional diferencia entre el poderoso y el ciudadano común o de a pie, la mayoría de la gente prefiere quedarse callada y ser víctima de esa bajeza e injusticia por el temor a que se incremente en nuestro entorno, sea este familiar, laboral o social, lo cual sucede en la mayoría de los casos.
La situación política actual se ha tornado insostenible y preocupante; por un lado, el incremento de la descomposición social puesta de manifiesto en un mayor índice de actividad delictiva en todas sus vertientes. La devaluación que en los últimos años hemos padecido todos los mexicanos, con excepción de la plutocracia gobernante, ha repercutido severamente en la economía familiar y cuando no existe estabilidad económica o peor aún, laboral, menos puede existir estabilidad emocional. Pero, el peor factor es el de la apatía de la inmensa mayoría de conciudadanos  a quienes los distractores mediáticos como la Televisión, las falsas promesas de campañas electorales y el bajo nivel educativo, los mantiene en un letargo que cada día los hunde más en su estatus social y económico. Es triste reconocerlo pero somos, por un lado, un país de agachados y, por el otro de cínicos; a los primeros, la mayoría, les pegan por el estómago, a los segundos, los privilegiados, por la soberbia, la corrupción y la impunidad.
En lo particular, a ciertas personas les ha causado  espirito y cólera algunos de mis escritos, especialmente, en donde he tocado temas de la anterior y actual administración municipal: Que si estoy peleándome con todos, si ya estoy quedando más loco; Me han tachado de ingrato o desleal y tantas opiniones peyorativas de chismosos de café, que tienen una lengua larga pero su cola es mayor y, sin ningún rubor emiten juicios lapidarios en contra de mi persona sin mirar la paja en el ojo propio. Allá ellos, su opinión me hace lo mismo que el viento a Juárez. Mi conciencia está tranquila toda vez que ninguna mentira he dicho y es ley de la física que aplica en el caso: toda acción genera una reacción en igual o mayor intensidad.
A mis casi cincuenta años, ya estoy más allá del bien y del mal. Las únicas opiniones que me importan son las de mis afectos, quienes me aceptan con mi naturaleza de no quedarme callado ni temer al “poderoso “o a la degradación humana que han pretendido ofender a mi persona, a mis seres queridos, creyendo que de esta manera lograran callar mi opinión en defensa de mi honor, lo cual debe ser lo más valorado por todo ser humano. De la vida he aprendido que como me traten, trato. Respeto a quien me respeta,  pero no me dejo de quien pretenda avasallar injustificadamente mi dignidad o la de mis seres amados. No es válido callar o inclinarse ante las ofensas e injusticias de simples mortales que detentan un poder político y económico por tiempo determinado, bueno, quizás el monetario dure más por los sinvergüenzas y cuatreros que han sido mientras ocupan algún cargo público, pero no les luce, una vez despojados de la deidad en que creyeron transformarse y despojados también del manto protector del poder político, la ignominia y el rechazo popular es objeto de ellos y prefieren gozar de la riqueza mal obtenida en otros lugares, de preferencia en el extranjero. Como ejemplo tenemos el caso de Enrique Iván González López y su gavilla, a quienes ya los bajaron de la nube en que andaban; muchos de ellos cambiaron su residencia a Mérida, Yucatán o en el caso del mencionado, la vox populi señala que al extranjero, donde sin el ladrillo que los mareo, disfrutan ocultamente de las riquezas mal poseídas   y mantienen un perfil bajo y  un comportamiento muy distinto al que manifestaban en sus días de Vino y de gloria. Son dignos de lastima, sobre todo, por la Herencia Emocional que les dejan a sus hijos. Que con su pan se lo coman.

Para finalizar, soy amigo incondicional del amigo o conocido que dá un trato respetuoso a mí y a mis seres queridos. De lo único que tengo que avergonzarme en mi trayectoria en el servicio público es el de haber ayudado y confiado en personas sin escrúpulos, ni el mínimo sentido de gratitud a quienes ayudé a tener un mejor estado de vida, pero mi conciencia tranquila esta  y soy hombre de pasiones, no de rencores; si algún día les puedo ser útil, lo pensaré pero lo más seguro es que les vuelva a tender la mano. Quienes realmente me conocen, no los perros de rancho, aquellos que ladran sin saber porque, saben que  es cierto lo que asevero. Con su opinión me basta. Seguiremos en el ya corto y sinuoso camino de la vida sin echar la pierna para atrás,  Viviendo intensamente, brindando la mano franca a quien lo solicite y sin cargas toxicas de "amigos" o aduladores de conveniencia.
Como dije  con antelación, es mi naturaleza y no hay arrepentimiento alguno, Por eso no me confieso en las Iglesias. Hasta la próxima.

2 comentarios: