jueves, 22 de marzo de 2012

OTRAS ANÉCDOTAS CARMELITAS: DON GUILLO, CASHAN


DON GUILLO
Siguiendo con el tema de anécdotas de personajes de todos los ámbitos sociales y políticos de la isla del Carmen, comentaré dos que a un servidor le tocó  conocer y vivir. La primera es de Don Guilliat González Palomo (EPD), a quien la comunidad llamaba afectuosamente “guillo mentira” y que supo ganarse la simpatía y el afecto de los laguneros en sus años de existencia. Don Guillo era un hombre trabajador, que gustaba de la plática amena, de hacerle  bromas a sus amigos y conocidos y, se distinguía por su buen humor, su vestir atildado y, alabancioso en cuestiones monetarias, en resumidas cuentas, un buen hombre que gozaba de la simpatía de quienes le conocían en aquel Carmen de ayer.



En unión de su esposa, Doña Carmen López  Cambranis (EPD), se dedicó a al comercio, llegando a tener dos licorerías y un restaurante- bar al que denominaron “Los Jardines”, muy distinto al que aún opera,  en la  parte de adelante había un establecimiento  de venta de comidas de la región, destacándose los sábados en  que el platillo fuerte era el inigualable chocolomo, elaborado por doña Carmita, y en la parte posterior  tenía una especie de bar-cantina pero de las antiguas, es decir, no era lo que fuera hasta hace un tiempo y no había show para varones o table dance,  los meseros eran gente conocida e incluso, se pudiera decir que era de ambiente familiar.

La anécdota de don Guillo aconteció en el segundo lustro de la década de los 70 del siglo pasado, cuando un grupo de personajes del Carmen, descontentos por la imposición que una vez más habían hecho nuestros paisanos de la capital del estado, del candidato a presidente municipal por el único partido que tenía presencia  en el estado, el Revolucionario Institucional (PRI), se inconforma y bajo los embrujos de aromáticos cafés  que disfrutaban  en la ya desaparecida calzada Juan B. Caldera, entre malestar y bromas surge la idea de buscar a un candidato para que le hiciera frente al del tricolor y por su simpatía y forma de ser dicharachera , se les ocurre que don Guillo era la mejor opción para ser el primer edil. Cabe señalar que todos estaban convencidos que lo anterior no era mas que una guasa y como tal se hizo una especie de mitin en lo que era la prolongación de la calle 35,la algarabía broto al igual que lemas de campaña tales como “vota por Guillo que acabara con los pillos”, “no votes por un pillo, mejor vota por Guillo”, entre otras chuscas, surgiendo también los  coordinadores para la fantasiosa campaña “electoral” de Don Guillo, quedando como coordinador de logística, Enrique Álvarez Valencia, también conocido como  “la muerte”; encargado de finanzas, Alfredo Julián Ocampo; prensa y propaganda, mi amigo “la pulga”, a quien llaman también con el nombre de Raymundo Sánchez Mojica y como coordinador general de la supuesta campaña, don Enrique Álvarez, a quien  la colectividad llamaba como “la ñapa”., entre otros.

Lo que empezó como una broma se fue haciendo como una bola de nieve en descenso en todo el pueblo y más de uno se lo tomó en serio, preocupando seriamente al candidato oficial y real y, desde luego, a todos los que esperaban algún cargo, contrato o beneficio en su futura administración municipal. El detalle  es que la noticia llegó como pólvora hasta los oídos  del entonces ocupante de la principal oficina del cuarto piso del gobierno de estado, el Gobernador, quien se traga el cuento e intranquilo y enojado  manda a llamar a la capital del estado a Don Guillo , quien sin saber el motivo real de la inesperada invitación, es recibido por el gobernador quien, palabras mas, palabras menos, le dice: “ya supe Guillo que me andas alborotando la gente en la isla, así es que o te aplacas o te clausuro tus negocios”; nuestro personaje regresa a la isla preocupado y al llegar al café a degustar de una aromática taza y comentar lo acontecido, les pide encarecidamente a sus “promotores de campaña” que ya le pararan a la chacota porque estaba de por medio el patrimonio familiar y la respectiva estabilidad emocional. Hasta ahí llegó lo que fue una broma pero que otros tomaron muy en serio.

CASHAN
La otra anécdota que compartiré no es tan conocida como la anterior y ocurrió casi dos décadas después y me  la contó el primo de un amigo. Resulta que el entonces presidente municipal, decepcionado por  un trágico acontecimiento que cimbró la vida política nacional y al que atribuyó la pérdida de la candidatura a una diputación federal, deja de guardar las formas en su afición al dios Baco y, lo que antes hacía con mediana discreción, lo tira al olvido y una noche de juerga  y agobiado por los humos del alcohol, se le ocurre recorrer las 2 o 3 discotecas o disco, como se le llamaba en esos años a los antros de ahora y, con la autoridad que representaba, hace desmán y medio en  los lugares de baile, ordenando prender las luces, acosando a jóvenes y diciendo vituperios  al por mayor a los trasnochados , quienes al identificarlo, prefirieron salir de los lugares visitados por la primera autoridad, sobre todo, tomando en cuenta su bien ganada fama de latoso y prepotente , además que su equipo de seguridad, apenados, de todas maneras intimidaban con su presencia.

El meollo del asunto es que al día siguiente, ya con la resaca de la guarapeta , pregunta a su coordinador de logística los detalles de su proceder y es entonces que tratando de darle un giro y tranquilidad a su cruda moral, manda a buscar al primo de mi amigo, quien entonces fungía como coordinador de comunicación social (y que ésa noche no había participado en festín  con su jefe), y solemne le indica, “licenciado, haga favor de redactar un boletín de prensa y turnarlo a todos los medios de comunicación en donde se indique que el presidente municipal, preocupado por la juventud carmelita, realizó una gira de trabajo en negociaciones en donde se expende licor, verificando personalmente que no hubieran menores de edad, ni se les vendiera,  así como demás disposiciones que marca la ley para este tipo de establecimientos”, el primo de mi amigo, perplejo y aguantándose la risa, ya que conocía por boca de el  equipo de seguridad lo acontecido horas antes, movió la cabeza en señal de aprobación y preguntó : “¿algo más señor presidente?”, recibiendo como respuesta: “dale forma a mis indicaciones y al terminar con tu responsabilidad, me llevas el boletín con Guayo tiburón, allá te espero” . Presto cumplió con las dos instrucciones y la fiesta siguió, ya desde luego, el primo de mi amigo, disfrutando de ella también.

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