Un infarto agudo al miocardio provocó que su apasionado
corazón dejara de latir y con ello, hacernos a quienes lo quisimos,
tristes e incompletos. Eras relativamente
joven, 60 años, y aún tenias mucho que aportar: por tu comunidad, por tu
familia, por tus hijos, por tus amigos. Y aunque ya han pasado 29 años de aquel
fatídico día, tu recuerdo continúa fresco, perenne, como si hubiera sido ayer.
Hay quienes opinan que uno nunca termina de vivir mientras
existan personas que lo recuerden. Otros, creen que a los muertos se les debe dejar descansar. Mi pregunta es
entonces: ¿Qué? ¿Recordándolos no descansan en el más allá? Que absurdo. Por
ello, yo me quedo con la primera
opinión. Es algo innato e imposible de hacer. Parafraseando al poeta Neruda, “es tan corto el amor y es tan largo el
olvido”.
Nació un 18 de junio del año 23
del siglo pasado en Guadalajara, Jalisco. Al igual de cientos de adolecentes
tuvo la ilusión de vestirse de luces y enfrentarse a las astas de un toro. Lo
logró sin gloria pero con la satisfacción del cumplimiento de una meta, de la
realización de un sueño. Su afición por la tauromaquia fue para siempre.
Recuerdo, al hacer su último paseíllo, por toda la calle 35 e ingresarlo a la
iglesia de Fátima, las palabras de mi hermano Luis Enrique, “en hombros papá y
por la puerta grande”. Después de la misa de cuerpo presente, tomamos la calle
47 y de igual manera, en hombros te llevamos y así te ingresamos a la puerta grande
de lo que es tu última plaza, lugar en donde reposas y en donde quisiste
quedarte. En esta tierra que tanto amaste.
Viviste con una intensidad
envidiable en todos los aspectos. Con aciertos y errores. Con defectos y
virtudes te forjaste un carácter que quienes te conocimos, respetamos y, en
algunos casos, el mío por ejemplo, admiramos. Tu don de gentes, el entusiasmo
que te caracterizó para fomentar el deporte o gestionar obras y servicios a la
isla, pero sobre todo, tu desinteresado afán de ayudar con lo que fuera a
quienes creías que lo necesitaban y lo merecían, hizo que tu imagen creciera al
grado de la idolatría.
¿Cómo olvidar, en tu casa, esas
inolvidables pláticas con personajes de la vida taurina, deportiva y social de
la época? Pedro Luceiro, los matadores de toros: Rafael Gil “Rafaelillo”, Raúl Contreras,
“finito”, Fabián Ruíz, su hermano, el cantautor, José María Napoleón. ¡Vaya!,
hasta el mítico luchador, “Santo, el enmascarado de plata”, por citar algunos,
compartieron el pan y la sal contigo y los tuyos.
En vida, Don memo, fuiste un
hombre respetado y respetable. Con detractores y apologistas, como todos los
que brillan. Hiciste mucho por ésta
tierra. Más que otros que tuvieron la fortuna de nacer aquí. En la actualidad,
como hacen falta personajes como tú. Hoy, ya todo está tan materializado;
“tanto tienes, tanto vales”. Tu ferreteria fue siempre una un lugar de trabajo
pero también de franca camaradería y en donde quienes asistían, sabían que tu Don
de gentes, siempre tenias la palabra de aliento y la actitud de un hombre
vertical en toda la extensión de la palabra.
Existimos personas que te
recordamos con nostalgia y con cariño. Desde luego, tus hijos pero también
aquellos a quienes le brindaste tu mano franca y sincera. Fue una verdadera lástima
que partieras en tu mejor momento ¿pero que se le puede hacer?, así son los
misterios de la vida y como tal hay que aceptarlos.
Dos ayuntamientos te han
reconocido. Incluso, uno le otorgó tu nombre a un campo deportivo, mismo que me
llena de orgullo cada que paso por el rumbo y veo tu nombre con letras
plateadas. Organismos como el de los cronistas deportivos y el que preside tu
amigo, Conrado Ocampo Godoy, también te han distinguido con reconocimientos y
diplomas. Aún no se te reconoce como el precursor de la televisión en la isla
pero; ¿eso que importa? Todavía existimos personas que fuimos testigos de ello
y que valoramos tu merito.
Guillermo Padilla González, mejor
conocido como Don Memo Padilla, pasaste
por este mundo de forma fructífera y positiva. No hay reproches ni amarguras.
En vida se paga todo y tú, con tu desaparición física tan prematura, llegaste
ante el juez del universo y seguro estoy, te otorgó tus merecidas orejas y
rabo. Don Memo Padilla. Mi maestro, mi amigo, mi orgullo, mi padre. ¡Descansa en paz!
Caray Jesús, me dejaste con un nudo en la garganta...un fuerte abrazo amigo y todas las glorias para la memoria de tu padre. Salud.
ResponderEliminargracias julio. un abrazo
ResponderEliminarHermoso compadre...verdaderamente hermoso.Lo tuyo es el corazón y la pluma. Un abrazo. Romina
ResponderEliminarUn enorme OLEEEE!! para Don. Memo Padilla Gonzalez (q.e.p.d) y un afectuoso abrazo para ti mi hno....tu amigo....Mozín
ResponderEliminarChuchin, Todo lo que plasmas en estas lineas es verdad,sin apasionamiento alguno por el ser querido que se adelanto en el camino, sin embargo,tambien es muy cierta la frase que dice asi:"EL VERDADERO SECRETO DE LA VIDA ES TRASCENDER POR TUS ACTOS, AUN DESPUES DE LA MUERTE" y nuestro querido "Don Memo Padilla, es de esas selectos seres, que como mencionas hacen tanta falta en nuestros dias, te comento, en una ocasion fui testigo, de un apuro economico fuerte de mi abuela, y sin dudarlo tomo los documentos de su casa y me dijo acompaname,voy a con Don Memo, llego a la ferreteria expuso su problema y tu padre sin mas ni mas le dio en sus manos el dinero que requeria,esta le dijo que dejaba en prenda los documentos de su casa y tu padre no acepto, tomando solamente en prenda la palabra empenada,felicidades por ser descendiente directo de este gran personaje y aun mejor persona,por comentarios de mi padre el y tu padre eran muy buenos amigos.recibe un saludo afectuoso primo.Atte.Juan Antonio Salias Sierra.
ResponderEliminarQue te puedo decir Jusés Guillermo, tocayo, amigo sin conocerte. Tambien admiré mucho a tu padre; amigo de mis padres Lilian y Guillermo. En aquellos últimos de los cuarentas y principios de loscincuenta. Tengo una foto de tu papá con mis padres biológicos. Dios lo tenga en su Gloria, Allí están en fotografía los formidables logros de tu padre. Toda una vida dedicada al trabajo y a honrar el deporte por Ciudad del Carmen,nuestra Perla del Golfo.
ResponderEliminarMuchas gracias tocayo por tus palabras. Fue un buen hombre y dejo un legado para la comunidad que lo acogió. Solo pude disfrutar 16 años de su presencia física, mas su recuerdo permanecerá presente hasta mi ultimo aliento. Un abrazo.
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