El reciente despido de la prestigiada
periodista mexicana Carmen Aristegui de la cadena televisiva en donde laboraba,
ha despertado la solidaridad nacional e internacional de Intelectuales, políticos,
periodistas que coinciden o no con su estilo pero sobre todo, de gran parte de
la comunidad internacional, cada día más informada y politizada, a la que las
redes sociales les sirven de exhibidor informativo del acontecer mundial, en
este caso, penosamente, dimos la nota y para no variar, negativa, dejándonos como
un sistema político en donde se castiga la verdad y se premia la mentira, la
ignominia y la tergiversación de la verdad. Hoy, Carmen Aristegui ocupa ya el
lugar que dejo vacante con su desaparición física, don Julio Scherer, sinónimo de
periodista integro, veraz y honesto.
La explicación del empresario Joaquín
Vargas, dueño de la empresa donde prestaba sus servicios la periodista, fue de
lo más ruin toda vez que fue silenciada argumentando una razón de protocolo sin
importancia, más se tomó otra estrategia y terminó su relación laboral tras
atacarla de manera pública y sin previo aviso, lo que genera la sospecha que
fue para silenciarla y de esta forma, beneficiar a todos aquellos cuyos
intereses se veían afectados por la labor periodística de Carmen y sus
colaboradores.
Desde la cabina y a través de sus micrófonos,
nos enteramos de casos como el de los Pederastas en la Iglesia, en donde enfilo
las baterías contra el mismo poderosísimo Vaticano, dueño de la franquicia
mundial de Jesucristo, similares y conexos; Cuestionó la beatificación de Juan
Pablo II y puso el dedo en la llaga del caso Marcial Maciel.
De igual forma, sacó a la luz pública
en caso de la red de prostitución del rey de la basura en el Distrito Federal, Cuauhtémoc
Gutierrez de la Torre, quien sigue tan tranquilo e impune y familiares y amigos
han obtenido cargos y candidaturas para las elecciones de este año; No podemos
exhibir su permanente exhibición de la corrupción en la política y es memorable
la entrevista que le realizará al ex Presidente Miguel de la Madrid, donde el
esposo de Paloma, reveló hechos tan contundentes como la relación de políticos con
los narcos, la corrupción que imperó en el sexenio posterior al suyo, entre otras
cosas.
No podemos olvidar el caso del “
Gober precioso” Mario Marin contra la periodista Lydia Cacho por sus denuncias
a las redes de explotación sexual infantil; El supuesto alcoholismo de Felipe
Calderon, desató la ira del entonces ocupante de los Pinos pero también se convirtió
en bandera de los partidos de oposición, incluido el PRI, acerca de la salud
del entonces primer mandatario para conducir los destinos de la nación.
Hoy por hoy, el poder mediático,
factico, más poderoso en el redondel nacional de la economía y la política,
Televisa, también fue objeto de una larga y permanente historia de golpes y su
cuestionamiento fundado y revelador detrás de las regulaciones en materia dee
Telecomunicaciones, ha herido susceptibilidades, afectado intereses económicos del
grupo Televisa y origino su salida del programa que conducía en W radio. Sin
embargo, el puntillazo final provino de su investigación sobre la llamada Casa
Blanca de la primera Dama. El caso tuvo y tiene resonancia Mundial y con su
despido, se ha vuelto viral y conocido por propios y extraños del acontecer político.
Carmen Aristegui es la periodista más
incómoda de la Plutocracia que gobierna y manda en el país: desde la Iglesia,
Presidentes, Gobernadores y empresarios no soportan su forma de hacer
periodismo de investigación y afecta sus intereses. Lo cierto es que fue el
dueño de la televisora de donde fue despedida ilegalmente, Joaquín Vargas,
quien cedió a las presiones y protegió sus intereses, corriendo a la
comunicadora incomoda. Lo que ha
desatado el descontento de los ciudadanos que están en contra de la censura y,
la solidaridad de periodistas e intelectuales de la talla de Denisse Dreeser,
Sergio Aguayo, Lorenzo Meyer, Kirén Miret, Enrique Galvan, Mardonio Carballo,
mismos que en un acto de solidaridad, terminaron sus relaciones con MVS en
protesta por el despido de Carmen Aristegui.
Por último, tal y como lo dijo Víctor
Trujillo en su programa “el mañanero”, donde personifica al payaso Brozo: “Si
alguien cree haber ganado este tercero, perdió y quien perdió, gano, porque esto
apenas está empezando…” La percepción generalizada es que quien fraguo este
ataque a la libre expresión es alguien muy poderoso, que está por encima de los
poderosos. Hasta ahí la reflexión.
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