martes, 31 de enero de 2012

Luis Donaldo Colosio

Una vez fallecido Luis Donaldo Colosio Murrieta, el noble pueblo mexicano lo elevó al nivel de mártir de la democracia y los políticos monopolizaron,  y lo siguen haciendo,  su nombre por lo que fue muy común que la ciudadanía aceptara y hasta viera con aceptación que a parques, avenidas, edificios públicos, etc. Le pusieran el nombre del político sonorense asesinado y se le realizaron un sinfín de homenajes. Campeche, por obvias razones no fue la excepción: el ahora llamado teatro carmelita llevo su nombre y la avenida periférica sur, por la entrada a la ciudad, bajando del puente “el zacatal” también le establecieron ese nombre. El vituperado gobernador del estado en aquel entonces, a quien la vox populi ha decretado como el peor de la historia de Campeche, Jorge Salomón Azar García da instrucciones al presidente municipal del Carmen de que  de inmediato se consiguiera una estatua o cuando menos un busto del desaparecido político y que esta fuera colocada en el lugar en donde en la actualidad se encuentra el vistoso monumento del escudo de la isla del Carmen, un águila peleando con un león, toda vez que quería realizarle un magno homenaje a quien lo impuso, para desgracia de los campechanos, como gobernador del estado.
Ante tremenda comisión y conociendo la bipolaridad que caracteriza a los hombres del poder, en este caso, al alopesico titular del ejecutivo estatal, el primer edil del municipio convoca, con carácter de urgente, a una reunión de gabinete, asesores, guachomas, similares y conexos , con el único fin de darle fiel y rápido cumplimiento al capricho de Azar García. Ante tremenda situación, a alguien se le ocurrió la idea de mencionar que en la ciudad de Mérida, Yucatán,  había un escultor que, aunque no estaba a la altura de Miguel Ángel, de un Humberto Peraza o del tan de moda, Sebastián, bien podía contactársele y encomendarle la titánica empresa por lo que después de mover cielo mar y tierra logran conectar con el modesto escultor cuyo nombre, por respeto omito, y a quien imploran su ayuda. Este se niega dado la premura del tiempo y aduciendo además su profesionalismo pero les ofrece una solución: tiempo atrás le habían encargado un busto del ex gobernador de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto, el “apóstol rojo de los mayas”, mas nunca se lo terminaron de pagar y ahí lo conservaba , abandonado, en su taller de trabajo, que si les interesaba pagaran determinada cantidad y fueran por el, con la sugerencia que haciéndole algunas adecuaciones a las facciones del busto, cabía la posibilidad que le dieran algún parecido con Colosio
Una luz ilumino el sendero del presidente municipal y, en esas ideas que solo las mentes que padecen minusvalías neuronales se les puede ocurrir, solemne se levanto de su asiento y señalo: “joako, vayan por el busto de carrillo puerto, paguen lo que pida y se lo dan a Miguel (buen escultor de patio cuyo apellido materno es de origen italiano) junto con los materiales que requiera para que Felipe sea Donaldo”. Más de uno de los presentes se quedo sorprendido ante tan descabellado pensamiento  pero al cabildear con los preocupados asistentes, todos llegaron a la conclusión que era una genialidad la salida al problema y asunto arreglado. El que paga manda y si se equivoca, pues vuelve a mandar.

Sin perder el tiempo, una comisión partió de inmediato a la blanca Mérida, le llegaron al precio al escultor, mismo que cobro su obra como si fuera una réplica exacta del David  y rápido y veloz, el busto del novio de la periodista alma Reed, también recordada como la peregrina ya se encontraba en el taller de nuestro amigo, el artista Miguel, mismo que se ubicaba en la colonia manigua, en un edificio que la erosión ya desapareció.

Pues manos a la obra y acompañado por unos tragos de vino y algo mas, mismo que sirvió para que la inspiración  llegara a su mente pero, principalmente, a sus manos, a pasos descomunales logró que su destreza y habilidad hiciera lo que parecía imposible; Felipe Carrillo Puerto se convirtió en Luis Donaldo Colosio Murrieta. el mencionado busto fue colocado en el lugar pactado y permaneció por varios años hasta que el gobierno neo panista de Jorge Rosiñol Abreu , por acuerdo de cabildo, determino que fuera cambiado el nombre de la avenida y el multicitado busto reubicado a una colonia popular que lleva el nombre del extinto político, (Colosio, no Carrillo Puerto) en la zona poniente de la ciudad en donde permanece hasta la actualidad. Justo es mencionar que nuestro amigo escultor logro darle bastante parecido a su obra y usted, amigo lector, lo sabe porque  lo conoce, lo vio en muchas ocasiones que transito por la puntilla y el que no, pues que se dé su vuelta por el parque de la colonia Colosio y llegara a la misma conclusión que quien esto escribe.

Lo anterior, más que una anécdota, es parte de la historia contemporánea de nuestra querida isla del Carmen que por inverosímil que suene  ocurrió y un servidor  fue testigo presencial de todo lo que aquí se relata. Casi una historia similar a la novela y después hecha película cuya autoría se atribuye al ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velazco, “el héroe desconocido” y concluyo con la frase que concluyó la película: “y el que no crea que este es Luis Donaldo Colosio que vaya a casa de las que celebran cada diez de mayo”. Palabras más, palabras menos. Continuaremos con las anécdotas carmelitas.

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