jueves, 26 de abril de 2012

EN RECUERDO A RUBEN SELEM DELGADO(EPD)


Llegué temeroso al salón de clases, con apenas 4 años de edad. El ciclo escolar ya había iniciado. Me presentaron y me hacia falta un lápiz. Tú me lo proporcionaste. Tu actitud me dio seguridad. No te conocía no obstante que tus papás son mis padrinos de bautizo. Ahí te conocí. Irradiaste el sentimiento de seguridad en mí. Rubén me dijiste que era tu nombre, no recuerdo haberte dicho el mío. Lo más seguro es que mi silencio haya sido la  respuesta.
Al año siguiente, con tu familia te fuiste a vivir a México. Yo me quedé en el instituto del Carmen, era el más chico de edad de la generación. Como pude Salí adelante. En las vacaciones nos veíamos y tratábamos. No olvido a tu padre enseñándonos a elevar el papalote en la terraza de tu casa.

Crecimos, yo con mis minusvalías emocionales, tú, con la seguridad que te daba estudiar en el Williams, el colegio  que era el prototipo de estatus social del D.F. Tu casa me embriagaba de seguridad y estabilidad.  Tu imaginación me daba seguridad y yo sentía que entre tu y yo había química, más yo que tú.

No se  en que momento de nuestra adolescencia pasó pero los dos nos dimos cuenta que teníamos algo más que amistad, éramos como hermanos. A mi me  confortaba tu compañía y el calor de tu hogar. Tú, con la seguridad que te caracterizó me diste confianza.
“Somos blancos, altos y barbados”.

Compartimos el mismo gusto por la lectura, la música, la pintura y, además, por otra cosa en que fuimos de todo y sin medida.

Al fallecer mi padre, más se arraigó tu sentimiento fraternal. Como olvidar esa noche en que llegue al aeropuerto  de la ciudad de México y  me sorprendiste a la salida.  Todo sacado de onda te pregunté que hacías ahí, tu respuesta, tan irónica y tan mía; “nada, aquí vengo a perder mi tiempo cuando me sobra”. En el caprice me llevaste al departamento familiar en la colonia roma, en la sala improvisaste dos camas y ahí platicamos hasta que la aurora llegó. Recuerdo muy bien la canción que mas nos gusto.  “Toc toc entra y ven junto a mi”. Al día siguiente, a la hora del desayuno, al contar mis planes, convencí a tus padres y a ti y emprendimos el vuelo, en unión de tu hermana Saide a Monterrey y de ahí a Montemoleros Nuevo León.

Más nos hermanamos. En la carlota conocimos a personas que nunca olvidamos ni ellos te han olvidado, los primos, el negro Ovando, las hermanas Rodríguez, Reynol, Minerva, Cristina, el bala, pinino y gloria guerrero y tantos más. Fueron momentos inolvidables. Nuestras escapadas del internado. La vez que caminamos desde la colonia country hasta el consulado gringo. Fue una faena de más de 5 horas. Podría escribir más de 100 páginas de nuestras vivencias allá. Pero no, esos momentos sólo nos pertenecen a nosotros y así seguirán hasta el último de mis días.

Nunca te vi deprimido o estresado, palabra que no existía en ese entonces. Fuiste mi mejor amigo y yo no se si fui el tuyo, a veces siento que no y me lo recrimino. Recuerdos y anécdotas son incontables. Aquella madrugada cuando entraste a la casa y tocaste la puerta de mi habitación para pedirme que saliera, que me querías presentar a alguien, tremenda fue mi sorpresa el ver en auto al temerario matador de toros, “el glisol”, el sueño se me desvaneció y juntos corrimos tremenda guarapeta de dos días.

Me enteré de tu fallecimiento estando en el Distrito Federal, el impacto fue demoledor. Horas antes, casi a la misma hora de tu accidente, en la plaza Garibaldi me habían asaltado. Como pude conseguí dinero y abordé un vuelo a la ciudad de Villahermosa. Viaje con tu hermana Karime y con la hermana mayor de Miguelito Zepeda. Las lágrimas de los ojos caían. Las del alma aún siguen cayendo.

Llegué a tu casa, no quise darle el pésame a tu papá, me daba pena y mucho dolor. A tu mami sí. Fue inevitable, me topé con ella y al abrazarme me dijo “ya se murió tu hermano, porque él era eso para ti y tú para él”. Todo estaba dicho.

Con tu partida, me causaste una herida que quizá ya cicatrizó pero que cada vez que se toca, duele. A tus padres y hermanos nunca les cerrará. Mi estimado Jesús Rubén Selem Delgado, allá donde estás, con tu eterna sonrisa, sigue cuidándonos y orientándonos. La vida por acá, por momentos se torna difícil pero nunca echamos la pierna para atrás. El kilillos, Enrique, los Garduño y palomilla, Huicho, Escalona, los amigos de la carlota, entre otros, platicamos de ti invariablemente en cada tertulia. Fue un honor, un placer y una bendición haberte conocido. El concepto de amistad, por ti lo conocí. Te extraño y algún día nos volveremos a ver. Seguro estoy de ello. Mi amigo, mi hermano, Rubén.

6 comentarios:

  1. Que hermossooo!!! Dios bendiga esa sentimiento de amistad que tienes, tu si sabes lo que es ser un amigo y un beso bien grande a Rubén en donde quiera que esté

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  2. No me cabe la menor duda que fueron grandes amigos, casi hermanos, una amistad así, trasciende a través de todo, jamas morirá ! Que bello haberlo tenido como amigo .! Felicidades !! Poco se dan estos casos !! Un abrazo mi amigo.! Se que nuestro querido Rubén , vive en muchos de nuestros recuerdos, fue un placer haberlo tenido entre nosotros .

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  3. ME HICISTE LLORAR, RECORDANDO AL EL RUBENS... RECORDANDO EL GRUPO QUE TENIAMOS EN LA UNI... NUESTRO LUGAR FAVORITO? BENITO JUAREZ PARA FUMAR Y PONERNOS DE ACUERDO QUE HARIAMOS ESE DIA CUALQUIER COSA MENOS ENTRAR A CLASES, NUESTROS LUGARES MAS COMUNES ERAN EL GALEON O IRNOS AL PUERTO PESQUERO....AQUELLA EXCURSION A CANCUN QUE LLEGANDO NOS FUIMOS A TU CASA DE LA ECHEVERRIA CASTELLOT A PLATICAR ALGUNOS Y A DORMIR OTROS, NADIE QUERIA LLEGAR A SU CASA..HERMOSOS RECUERDOS!

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  4. Ruben Selem lo recuerdo como el mejor CABALLERO que he conocido una GRAN persona un excelente amigo sabia como hacernos sentir comodos a todos con su presencia. Quienes tubimos la oportunidad de conocerlo y convivir con el jamas lo olvidaremos!

    Memo Portillo

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  5. Qué hermosas palabras Chuchín, no cabe duda que conoces en toda su extención el significado de la verdadera amistad, los buenos amigos nunca se olvidan aunque no estén con nosotros. . . Me hiciste llorar.

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  6. no tuve el gusto de conocerlo, sin embargo lo que sientes por el es amistad pura, asi son los amigos, leales y llenos de detalles como el hecho de recordar su fallecimiento, enhorabuena matador, me gusta esa actitud congruente de lo que sientes y lo que manifiestas con los hechos.

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