Era la lluviosa tarde de un
domingo 14 de julio del año 2002, releyendo un libro de Stefan zweig cuando mi
hijo, Guillermo, ingreso a mi habitación
del hogar con el rostro descompuesto, mostrando rasgos de incertidumbre y preocupación, señalándome; “papa, acaban de
decir en la televisión que murió Nelson Barrera”, de inmediato fui a su cuarto
y en un corte informativo, un comentarista deportivo estaba dando la trágica
noticia: el más grande deportista que ha dado la isla del Carmen, Nelson
Barrera Romellon, en la ciudad de Campeche, había fallecido electrocutado y de
forma instantánea a la edad de 44 años: el hombre record de la liga mexicana de
beisbol.
Mi primera reacción fue la de
subir a mi vehículo, acompañado de mi hijo- quien días antes lo había saludado
en la Capital del Estado en sus oficinas de Instituto Estatal del Deporte, el
cual fungía como su Director-, y nos dirigimos hacia el domicilio de sus
padres, doña Nidelvia Romellon y don Eddie Díaz, en la calle 26, encontrándome
un cuadro que nunca escapara de mi memoria;
uno de sus hermanos, Eddie, a quien sus amigos llamamos con afecto como
“chipo”, se encontraba recargado en una camioneta con la mirada fija en el
suelo, los ojos cargados de lagrimas y con toda seguridad, con el corazón hecho
trizas. Aunque tuve la intención de parar
y acercarme a él, no lo considere prudente, su actitud era la evidencia
que la infausta noticia se apegaba a la realidad, Nelson había partido en la
plenitud de su vida y con un futuro promisorio en el servicio público.
No mencionare sus records en el
beisbol ya que estos son del dominio público, prefiero relatar algunos breves
pero inolvidables pasajes que forman parte de mi vida y en los que trate con
Nelson,; lo conocí en el año de 1975 en la ferretería de mi padre, sitio al que
acudía con regularidad a platicar con
don memo, con José Angel Zapata González(E.P.D.) y con quien se encontrara en el sitio, fueran
clientes o visitantes frecuentes como Guayo Rivas, Sergio tulio Pacheco o don
Esteban Rodríguez, por citar a algunos.
A mis nueve o diez años de edad y
por el hecho de saber que ya formaba parte del equipo de liga mexicana de beisbol,
diablos rojos del México, de inmediato se convirtió en mi ídolo y me causo muy
buena impresión su carácter sencillo, bromista, franco y tan campechano; era muy joven entonces pero
ya auguraba que iba a trascender en su pasión, profesión y oficio: la pelota
caliente. El juego que no termina hasta que termina, como dijera el inmortal
comentarista deportivo Pedro “el mago” Septien.
En el año de 1977, mi padre se
hace cargo de la gerencia de los camaroneros del Carmen, equipo que jugaba en
la liga estatal de beisbol y con peloteros de la talla de Otoniel Ríos(
manager), Cesar Cuevas, David “látigo” Jiménez”, Camilo Massa, el “diablo”
Magaña”, Tomas Johnson, Jesús Guillermo
Guerrero, Don “zacatillo”, como siempre le he dicho respetuosamente y otro más
cuyos nombres ya se extraviaron en algún recóndito lugar de mi mente pero que
recuerdo por sus apodos o apellidos como el “pingüino”, Balderas, Eleuterio
ramos, el “ piojo” Ayala, el “ patito”, y tantos más que vistieron los colores
rojo sepia y blanco del uniforme y se coronaron campeones ganándole al
triangulo rojo de seybaplaya.
Menciono lo anterior, toda vez
que Nelson, en los tiempos en que no había temporada de liga mexicana se unía al equipo local y en mucho contribuyo
a lograr el banderín estatal, jugando todas las posiciones, inclusive, en una
ocasión, en el ejido de la “joya” tuvo que cerrar el juego como pícher ya que le habían dado de palos a todo el
roster de lanzadores. Tenía un talento natural
y en sus inicios como profesional, Benjamín “cananea” Reyes, manager de
los diablos, lo utilizaba como utility, es decir, cubría cualquier lugar en el
diamante con destreza y dotado de un capacidad de pelotero de alto rendimiento.
Mis vacaciones en el distrito
federal las pasaba en casa de un familiar materno cuyo domicilio se encontraba
en la colonia Narvarte por lo que nos quedaba cerca el desaparecido Parque del
Seguro Social, casa de los diablos rojos y la asistencia a verlos jugar con la
ilusión de saludar a Nelson siempre imbuía
en mi persona, hecho que sucedió en varias ocasiones, obsequiándome una
pelota autografiada y enviándole saludos a mi Padre y a sus amigos de la
ferretería, repito, su sencillez fue parte de su personalidad y nunca la
perdió, cuanto carmelita lo iba a saludar al estadio los atendía e incluso, al
concluir el partido, pedía que lo
esperaran para ir a cenar unos tacos en alguna fonda de rumbo.
Creo que todos los que trataron a
Nelson tienen más de un anécdota que contar de el y seria un libro bastante
robusto compilar solo la de sus paisanos, ahí va la sugerencia para los
escritores intelectuales locales. en lo personal, dos destacan: la primera
ocurrió en Villahermosa , Tabasco, cuando en unión de Ricardo Nicolau Padilla
lo fuimos a saludar al hotel “Manzur”, invitándonos a comer en su habitación y
posteriormente, regalándonos boletos en primera fila para el partido de la
noche en el entonces llamado parque “centenario”, lugar en donde se
enfrentarían a los entonces “plataneros” de tabasco y lo anecdótico del momento
fue que el pícher veracruzano Luis Meré mascaba tabaco y en la ingenuidad de mi
pubertad le pedí un poco para probarlo , pero al momento de masticarlo trague
la saliva y me causo un fuerte mareo mismo que amerito la intervención del
médico de los diablos, mi ingreso al dogaut de los escarlatas, la risa de los
peloteros profesionales y la reprimenda de Benjamin” cananea” Reyes ,a Luis Meré
por haberme dado tabaco.
La otra es cuando jugaba beisbol
en el equipo de liga infantil de los hermanos Cadena-Luis y Yider- los caimanes,(
quienes al igual que los Supersabios de
la familia Orlaineta hicieron historia en los años 70 del siglo pasado), y resulta
que jugábamos contra los Alumineros del Carmen que patrocinaba la familia
Rodríguez Cicler, Nelson, ya como pelotero en vías de su consagración, asistió
a presenciar el partido en la unidad deportiva, lógico es que todos queríamos
dar lo mejor para lucirnos ante nuestro ídolo y lamentablemente por un error
mío perdimos el juego y la oportunidad de llegar a la final. Al día siguiente,
en el negocio paterno las bromas y el
escarnio fueron incontables ya que
Nelson se lo había hecho saber a mi Padre y a los presentes.
Hablar de Nelson Barrera Romellon
nos llevaría muchas hojas y sería interminable; no solo de su desempeño como
beisbolista sino también como ser humano; la última vez que lo vi con vida fue
cuando le pusieron su nombre al estadio donde juegan los Piratas de Campeche;
por motivos laborales coincidí con el en una oficina gubernamental quedando muy
formal de asistir esa noche a tan significativo acto. Causa ajenas a mi
voluntad me lo impidieron pero eso no menguo el orgullo de ver su estatua
haciendo el swing y el estadio con su nombre, homenaje bien merecido y que en
vida le hicieron nuestros paisanos de la Capital del Estado.
Ya fallecido, en el trienio en
que fungió como presidente municipal Sebastián Calderón Centeno le pusieron su
nombre al estadio concordia y erigieron una estatua que dista mucho de la otra,
en nada se le parece y que me recuerda a la película “el Héroe desconocido”, en
fin, la acción es lo que cuenta; a menos de un mes de cumplirse el noveno
aniversario de su sensible fallecimiento, vayan estas líneas dedicadas para su
familia, en particular, para sus padres, don Eddie y doña Nidelvia Díaz Romellon.
El mejor jugador que ah dado esta hermosa y maravillosa Isla
ResponderEliminarCasualmente hoy ví y saludé al buen Eddie (Chipo). Mismo carácter desmadrosón y bromista que Nelson. Genial y atinada tu reseña de Paseilló, Chuchín, por el momento de efervescencia beisbolera actual, por los Diablos, que tienen programada serie aquí el jueves.
ResponderEliminarPreguntando; ¿no eran los Hnos. Barrientos equipo de la misma época en los 70's, o fueron después? Eran una banda esos canijos, Guama, Camucho, Calín, Raúl etc. Increíble, pero habían hermanos hasta pa'armar un equipo de fútbol, con todo y banca.
Seguimos por acá.
muy bueno chuchin, gracias!!!! por esta reseña, solo te comento mi padre MARIO ARIAS ( MORLACO) fue el manager de los camaroneros del carmen en loa años 70S, recuerdo al QUINCHO AYALTA ( EPD), y RICARDO VINAGERA, tremendo trabuco. esos peloteros SI MAS NO RECUERDO, se coronan CAMPEONES EN ESTADIO RESURGIMIENTO , por segunda ocacion.
ResponderEliminarENHORABUENA CHUCHIN..
SALUDOS
PA.
MERIDA YUC 4 ABRIL /12
Muy buen articulo, mi padre Arnufo Corona Villanueva "PALOMILLA", conocio a Nelson y lo recuerda con mucho cariño igual que a su compadre Ricardo Vinagera, que en lo personal fue considerado para mi un Tio casi hermano de mi padre en paz descance Nelson Barrera y Ricardo Vinagera.
ResponderEliminarhola a todos les quiro agtradecer a todos los que tienen en mente a mi hermano y en especial a chuchin a todos los nobres que ustedes estan recordadno son personas mayores que tuve o tengo el gusto de conocer quincho , el buen binagera a don angel zapata con el cual en compañia de mi hermano que damos atrapados dos dis en isla aguada por un mal tiempo despues de jugar contra isla aguada
ResponderEliminarsaludos a todos de parte de Eddie Diaz Romellon el 14 de julio es el decimo aniversario del almirante
ARRIBA EL REY DE LOS DEPORTES
ResponderEliminarUn gran idolo jugando en Culiacán pero sobre todo un caballero como persona yo soy de LOS Mochis y tuve la suerte de verlo jugar nunca lo quisimos porque siempre nos ganaban con sus homeruns pero siempre lo admiramos y respetamos por su sencillez... Este 2014 tomateros cumple 50 años y anunciaron que van a invitar a sus grandes idolos y claro que es imposible no mencionar al GRAN ALMIRANTE NELSON BARRERA ROMELLON
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