El próximo primero de julio se cumplirán
6 años de tu trágica desaparición física y el mundo siguió su rumbo. quienes te
conocimos, aun estamos en esa lucha diaria que es la vida y enfrentándola con
optimismo y cargados de energía positiva, es la única forma de buscar los
fragmentos de felicidad que todos los días se nos presentan y que sirven para
tener un entorno productivo, cordial y constructivo en todos los estadios del
tiempo que nos toco vivir.
Pensar en ti me llena de
sentimientos colmados de melancolía y nostalgia pero también de buenos e
imborrables recuerdos; juntos estudiamos la instrucción primaria y de ahí se
formo un vinculo afectivo en ambos y que ni el tiempo ni tu ausencia podrán
suprimir; como olvidar nuestros juegos de futbol y las ocasiones en que la
inocencia de la niñez le daba rienda suelta a la imaginación y nos convertíamos
en personajes de películas en el que cualquier lugar era un buen escenario para
dramatizarlas y combatir el mal con la pureza de la infancia; tu casa o la mía,
la bloquera o la ferretería, juntos crecimos al igual que Rubén, Luis, Andrés,
fabricio, Jorge y otros más que escapan
de mi memoria.
Nos convertimos en adolecentes e
iniciamos el camino de las discos, las fiestas y con ello, surgieron los
síntomas del gusto por la belleza femenina y nuestra admiración por Fidel Castro
y el che Guevara sin omitir las
vivencias en el Casino del Carmen, A.C. Disco, Albatros, Graneros, el Pájaro
loco, que formaron parte del contexto de
nuestra vida y de la mano, las primeras experiencias en todos los ámbitos,
incluyendo, las primeras novias de “manito sudada”, los primeros alcoholes y
demás fauna de acompañamiento y también , se fortaleció nuestra afición por la
lectura que nos llevo a una sana competencia de leer la obra completa del
escritor y periodista, Luis Spota, aun sin llegar a la mayoría de edad. Lo
hicimos con el único ánimo de despojarnos de la ignorancia y sin aires
intelectualoides.
No podría omitir tu gesto
solidario y fraternal cuando viví la amarga experiencia del repentino
fallecimiento de mi padre, tu y Rubén fueron el bastón que me sirvió de apoyo
ante el desconcierto e incertidumbre al que me enfrente; no podía entender el
misterio de la muerte de un ser amado y tan significativo en mi vida; esa
noche, juntos los tres platicamos hasta
el amanecer, ustedes, tratando de distraerme, yo, imbuido en el laberinto de la
confusión emocional. Y al día siguiente, siguiendo mis pasos en el derrotero
del último paseillo tan largo, cansado y sufrido.
Quizás nunca te lo dije pero
siempre te reconocí cuando para fortalecer la economía familiar, laboraste en
las plataformas marinas, arriesgando tu vida como siempre lo hiciste y
viviéndola intensamente con esa osadía que te distinguió; luego, tu partiste
un año de intercambio y yo abandone la
isla para estudiar al otro lado del país, nuestra falta de convivencia no
menguo nuestra amistad ni el afecto y
aunque nuestra relación estuvo cargada de divergencias y distintas ópticas, fue
mayor nuestra amistad, quizás en ocasiones disfuncional o bipolar pero sincera
a fin de cuentas.
Al retornar a la isla, volvimos a
convivir, ya mayores de edad, ya con un poquito de experiencia y fue la última
etapa en la que compartimos el pan, la
sal y tantas otras cosas, por ejemplo,
aquellas noches con sus días en que nos enfrascamos en batallas de
backgamón en donde íbamos de la mano o
en el juego de monopolio el cual siempre ganabas, síntoma de tu personalidad y
del estilo con que viviste tus últimos
años. Ese tiempo nos hermano y como muestra de mi afecto y respeto a ti, te
pedí, al igual que a Rubén, su presencia la noche en que tome la decisión de
formalizar mi relación con Mayra, juntos me acompañaron a hablar con sus padres
y luego en compañía de tu señora madre fungieron como nuestros padrinos de
velación en la liturgia de matrimonio. Tuvieron buena mano, 25 años lo
confirman.
Después nuestros rumbos se
apartaron y la convivencia se redujo a su mínima expresión; nuestros círculos
sociales y laborales cambiaron al grado que no fui convocado a tu unión
matrimonial, hecho que te reproche y estoicamente me explicaste tus motivos,
sin embargo, el afecto que un dia nos unió, siempre estuvo a flor de piel;
Aun
recuerdo la ultima ocasión en que platicamos, me marcaste al celular y no
pudimos más que prorrogar la plática, toda vez que estaba por abordar el avión con destino al
distrito federal , sin embargo, a mi regreso, la tarde del 30 de junio del 2006,
llegue cansado y satisfecho por el éxito obtenido en la capital del país y al
día siguiente, una persona que escuchaba la radio me llamo para indicarme la
noticia de tu trágico desenlace de la
vida ; aborde mi vehículo y llegue a unos metros de donde te encontrabas
abatido. El corazón me latió a ritmo acelerado, las lágrimas surgieron sin
darme cuenta y a mi mente, como una película se agolparon muchos recuerdos de
vivencias compartidas; descansa en paz José Alberto Gamboa Lliteras, mi amigo
algam, mi hermano Beto.
Gratos recuerdos en paz descanse el amigo y hermano beto gamboa
ResponderEliminarmuy buen recuerdo de beto gamboa, asi es chuchin la vida es muy bonita, hay que vivirla lo mas plena y maravillosa hasta que dios diga, de los recuerdos todos son validos por que sin ellos no somos lo somos ahora, te saludo con gusto tu amigo jaime
ResponderEliminarHonrar Honra Chuchín. lo dijo Martí...Felix Justiniano
ResponderEliminarInolvidable tío Beto... Grande Tío Chuchín.
ResponderEliminarlo vi y me llamo la atencion y lo lei y hasta tres veces la verdad chuchin los amigos de infancia llegan a formar parte de la familia y eso es grande y maravilloso el amor a la familia nos hace grandes y afortunados. feliz dia chuchin
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